Capítulo 1.- ¿Qué nos sucedió?

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Mis ojos se abren lentamente. Decir que fue el sol sería una mentira, pues no había ni una pizca de iluminación. No estaba en casa, de eso no tenía duda. Estaba sobre un sillón color rojizo y con estampado que, según yo, es de estilo victoriano.
El lugar donde estaba, era un gran lugar; todos los muebles y paredes eran de tonalidades oscuras.
Miré a mi alrededor en busca de mi maleta o mis padres, pero no los vi. A quien divisé con la mirada, fue a un chico de apariencia madura en un sillón frente a mí.

—Que bien que hayas despertado, de lo contrario, me hubiese visto en la obligación de hacerlo yo.— el chico me mira mientras que, con sus guantes blancos sobre sus manos, acomoda sus gafas y me mira sigilosamente, y a la vez fija. Como si de alguna manera ma analizase.

—Etto... ¿Dónde estoy?— pregunto con cierta timidez. El chico que me observaba desde el sillón de frente, se levanta y camina unos pasos hacia mí.

—Reiji... ¿Quien es esta chica?— escucho la voz de alguien desde atrás hace que de inmediato me siente en el sillón y trate de observar, pero al girar no me topé con nadie.

—Huele... Delicioso.— un chico de tez pálida, sombrero, ojos verdes y pelirrojo huele mi cuello. De inmediato me sonrojé y traté de alejarme, pero mas temprano que tarde me percaté de la presencia de un chico de cabello lila y ojeras a mis ojeras.

—Yo también quiero probar.— susurra el ojeroso mientras que lamía mi oreja derecha. Siento los escalofríos por mi cuerpo y como mi piel se pone de gallina.

—¡No hagas eso!— exclamo cubriendo mis orejas y levantándome del sofá. Miré que unos metros atrás, a un lado de la chimenea, estaba otro chico de cabello rubio, que al parecer estaba dormido.— ¡Yo solo busco a mis padres!

—¿Se referirá a aquellos cadáveres que encontramos a un lado de ella?— el chico de ojeras me observa abrazando a su oso de peluche, el cual curiosamente traía un parche en uno de sus ojos.

—¿Cadáveres?— en mi voz se podía sentir la pequeña histeria de la pregunta. Apenas había mencionado la palabra ya sentía el nudo en mi garganta.

—Tus padres murieron.— esa manera en que el chico de ojos rosados me espeta, hizo que de alguna manera quisiera no creerle.

—Me niego a creerlo.— logro decir. Se notaba que mis ojos se llenaban levemente con lagrimas y mi rostro estaba preparado. Mi estomago tenía otro nudo. Los tres chicos me observan, dando a entender que no bromean.— No... No puede estar pasando.

Y así las lagrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas. Quería gritar. Debía gritar. Necesitaba gritar.

—¡DÍGANME QUE ESTO ES UNA MALDITA BROMA!— gritó desesperada mientras que busco mi maleta.— ¿¡DÓNDE ESTÁ MI BOLSO?!

—Alguien dígale que se calle.— un chico de ojos rojos y cabello blanquecino me mira.

—¡MAMÁ, PAPÁ!— ignoré completamente a aquel nuevo chico, y ahora en verdadera rabia grito.— ¡¿DÓNDE ESTÁ LA MANSIÓN SAKAMAKI!? ¿¡DÓNDE ESTÁ RYOUTEI!?

—Son demasiado ruidosos.— murmura el rubio que estaba recostado en el sofá, ahora despierto. Mostrando sus ojos azules.

—Ore-sama exige una explicación a todo esto.— un chico pelirrojo de ojos verdes, con cierto parecido al tipo del sombrero, me observa también fijamente.

—Nosotros somos los Sakamaki.— dice el chico azabache de ojos rosados y gafas.— Tu debes ser _____.—

—Esa soy yo.— trato de decir firme, pero de mis ojos seguían brotando las lágrimas, y profundamente dejaba salir sollozos.— Exijo ver al señor Sakamaki.

—Me temo que no podrás.— el rubio seguía acostado al momento de decírmelo.— Aquí vivimos sus hijos únicamente.

—Él es Shu, el hijo mayor.— el chico de lentes musita en referencia a aquel chico de apariencia dormilona.— Yo le sigo, Reiji.

—Bien, Reiji. Eso no me importa. Yo quiero saber donde están mis papás.— limpio las lagrimas secas que cruzaron mis coloradas mejillas.

—Temo decirte, con sensatez, que quienes estuvieron contigo en el accidente de coche fallecieron.—

Mis ojos se achican con temor, y de nuevo comienzo a llorar, pero ahora de una manera mas escandalosa. Reiji carraspea y yo trato de callarme para esperar a que termine.

—Como decía, ellos son Ayato, Raito y Kanato.— muestra en orden al chico que traía su camiseta de botones levemente desabrochada, al chico del sombrero, y al del oso.— Y finalmente, Subaru, el hijo menor.— hizo una seña en dirección al chico de apariencia albina.

No sabía que haría.
Pero por ahora, solo me limitaré a llorar.

Oigan necesito que me digan con quien les gustaría que fuera la novela xD Si, solo Neko-san hace un fic sin una pareja fija c: Así que ayuden pls xD

Primer capítulo c:
Me quedó raro :v
Espero de todos modos que les guste ^^
No olviden votar y comentar para impulsarme a seguir escribiendo
Se despide Neko-chan ^^

Eva (Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora