Eva (Diabolik Lovers)

Capítulo 2.- Ellos son...

Reiji me indicó donde sería mi habitación.
Es una recamara bastante amplia. De paredes color beige y una cama de cobijas color vino con columnas que daban a un techo de tela. Una alfombra café y un armario, a unos centímetros de éste estaba mi maleta. Había un espejo de cuerpo completo y un estante vacío. Frente a la cama había una puerta que daba al baño, el cual tenía bañera.
Era una habitación muy hermosa.

Me eché a llorar en la cama. Estaba desesperada, no quería estar rodeada de desconocidos. No tenía ánimos tampoco para hablar con alguien que no fuese la abuela o el abuelo.
Me miro en el espejo. Mi cabello negro estaba enredado y sucio, éste llega hasta mis hombros. Mis ojos negros estaban apagados e hinchados. Me veía horrible, y esa sería mi primera impresión a la "familia" que me recibió.

Me sentía peor de como me veía.
No es que fuese a ver a mi familia otra vez, porque incluso, si el accidente no hubiese sucedido, dejaría de verlos por el estudio.

Tengo que dejar de ver el lado negativo, aunque sea el único que haya.

—Me arreglaré e iré a presentarme debidamente.— murmuré para mi misma mientras que abría mi maleta. Saqué unos jeans, una blusa cualquiera y unas zapatillas negras.

Me dirigí al baño, y entré ya desvestida. Me dejé recostar en la tina, dejando que el agua relajase mi cuerpo lleno de tensión e impotencia.

Pasaron unos diez minutos antes de salir enrollada en una toalla. Me vestí y cepillé mi cabello mientras que me miraba en el espejo, esperando verme menos hinchada... Pero no se notaba el cambio.

Salí de mi habitación y de inmediato me sentí perdida. Habían tantas habitaciones y escaleras que dudaba encontrar a alguien, así que, por mero instinto, toco la puerta de mi derecha.

—¿Sí?— la puerta se abre, y me encontré con... Agh, olvidé su nombre.— ¿Necesitas algo, _____-chan?

Sentí como si se prendiera el foco de mi cabeza, al poder recordar su nombre.

—Kanato... Solo quería saber en qué momento podría disculparme con Reiji por mi comportamiento ahí abajo.— digo, mientras que él abre la puerta por completo, permitiéndome ver su cuarto; tenía una apariencia bastante infantil.

—Me temo que no podrás verle... Al menos no, hasta que vayamos a la escuela.— aprieta y observa a ese oso. Deduzco que tiene un significado muy grande para él, pues siempre lo tiene en mano.— Ya casi es hora... Busca tu uniforme en tu armario.

—Gracias.— asiento, entrando a mi cuarto.

Busqué en donde Kanato me dijo, y ciertamente ahí estaba. Era un muy lindo uniforme, de una falda, blusa a botones y abrigos. Me lo coloqué sin dudar, y dejé mi cabello suelto, no me importaba si se enredaba.

Bajé. No había nadie.

Me senté en el sillón, aquel en el que alguna vez me habían recostado. Miré el reloj de la pared, a unos diez minutos de comenzar las clases, y estaba sola.

—Bitch-chan~ ¿que haces? ¿Acaso me esperabas?— el chico del sombrero se sienta a un lado de mí y coloca su brazo alrededor de mis hombros.

—Llámame perra cuanto quieras, pero tú perra no soy.— espeto. No sé de dónde salió eso, pero simplemente pasó. Me percaté de que ése chico de sombrero estaba demasiado frío, su mano provocaba escalofríos.— E-Estás demasiado frío.— tomé su mano y la observé, proseguí por bajar un poco su manga, y su muñeca estaba igual de fría.

Aguarden un momento.
No siento su pulso.

Una mueca de terror aparece en mi rostro.

—¿Pasa algo, bitch-chan?— la normalidad con la que el ojiverde me pregunta me espantó. De inmediato me levanté del sillón.

—N-No tienes pulso.— a como pude susurré. Traté de alejarme corriendo del chico, pero su mano me atrapa por la cintura.

—Eres algo lenta.— me sonríe, mostrando su blanca dentadura.— Mira, mis hermanos y yo, no somos lo que crees.— descubre mi cuello, y acerca su boca.

Me alarmo, ¿éste pervertido que trae entre manos? ¿Me va a violar? ¿Es un enfermo mental que come gente?
Todas mis sospechas incoherentes fueron desechadas al momento en el que siento como me muerde y succiona mi sangre.
Estoy alucinando ¿verdad?
No es un vampiro, ¿cierto?
Díganme que esto es una maldita broma de mal gusto.

Después de aproximadamente un minuto, ¿Raito? Creo que es Raito, se separa de mí, con un poco de sangre resbalando por sus labios, con su lengua la quita y saborea.

—Sin duda, exquisita.— de una manera, que podría confundirse con un gemido, me dice. Me muestra sus colmillos también.— Dulce, muy dulce, y me gusta.

Estaba completamente en shock, tenía miedo.

—¿Qué?—

Eso fue lo único que pido salir de mi boca. El pelirrojo suelta una risita ante mi reacción.

—¿Vampiros? ¿Ustedes son vampiros?— cuestiono, aun sabiendo que es verdad. Pues no había explicación.

—Pero no somos de la cultura popular.—

Y dicho esto, desaparece.
Yo seguía sin reaccionar, no era fan de crepúsculo como para saber a que se refería con "cultura popular", así que realmente no entendía.
Su mano fría.
Su carencia de pulso.
Su palidez.
Definitivamente son algo que debo temer.

No dudo que todos sean así, puesto que son igual de pálidos. Aparte de que prefería no acercarme a ellos ahora que sé que son.
Pero me veía en la situación de hacerlo, ellos me acogen...
Estaba confundida.

Escucho como Reiji avanza hacia mí. Me observa y da señal de que le siga. Apenas da unos pasos y ya me encontraba siguiéndole. Me guía a una limusina que nos esperaba afuera de la mansión. Ambos subimos, y para mi sorpresa, el resto ya estaba ahí.
No los había visto pasar, ¿cómo llegaron?
No sabía con exactitud que sucedía, ¿qué clase de vampiro es uno de verdad?

Tras unos minutos de camino, llegamos a un gran edificio que, deduzco yo, es el instituto Ryoutei.
No tengo idea de qué clase de cosas habrá.
Pero siento, como si de una corazonada se tratase, que no estaré segura.

Espero que les vaya gustando 7^7
Ustedes estarán: ¿que onda con lo de Raito? Pues es que siempre, la protagonista descubre que son vampiros tras conocerlos y pues yo hice que se tardara >:3
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Subí el capítulo porque hoy es el cumpleaños de Azusa~ (Azusa ni sale pero equis xD)