CAPÍTULO TRES

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Sentí como unos pequeños toques acariciaban mi cara. Con dificultad abrí mis ojos y divisé a mi hija. Sonreí al abrir mis ojos. Heather estaba despierta mirándome.

-Hola, hermosa, ¿tiene mucho que despertaste?-negó con la cabeza-. Que bien, porque sería una madre muy irresponsable si dejara a mi hija sola en la casa y yo estuviera durmiendo, ¿sabes?

Tomé a Heather del torso, cargándola, y la puse encima mío. Comencé a llenar su cara de besos, haciéndole cosquillas.

-¡Mami, no!-dijo riendo. Tenía una risa tan adorable.

Cuando me di cuenta que estaba apunto de explotar, decidí que sería mejor el parar a después tener que limpiar. Heather se levantó rápidamente de la cama y salió corriendo hacia mi habitación.

-Ah, con que quieres jugar escondidillas, ¿eh? Bueno, si te encuentro tendrás que meterte a bañar- dije mientras caminaba hacia mi habitación.

La risilla de Heather se escuchó debajo de la cama.

-¿En dónde está Heather? ¿Crees que tu mamá es lo demasiado vieja como para no poder jugar escondidillas, mounstrita?

-¡Boo!- gritó Heather, saliendo de la parte de abajo de la cama-. ¿Te asusté, mami?

-¿Que si me asustaste?- digo cargándola-. Casi se me para el corazón.

Heather me miró con el ceño fruncido.

-Te encontré y es hora de bañarse-reí. Hizo una carita de perrito muy adorable, ella sabía como manipularme. De tal palo, tal astilla-. No-oh, señorita, no caeré esta vez. A bañar.

Nos dirigimos al baño y comencé a llenar la tina. Cuando ya estaba lo suficientemente llena desvestí a Heather y la metí dentro de la tina. Ella comenzó a jugar con su patito fingiendo que era un patito superhéroe que combatía a las mamás malas.

Puse shampoo en mi mano y comencé a tallar su cabecita.

~~~

Una vez que las dos estuvimos ya bañadas y vestidas con nuestra pijama especial, bajamos a cenar. El timbre comenzó a sonar, así que me dirigí a la puerta para abrir.

Me arrepentí en ese momento.

-Faith, pero que hermosa pijama.

-¿Qué es lo que quieres y quién mierda te dio la dirección de mi casa?

-Oye, ten un poco de respeto, o al menos no digas malas palabras frente a... Heather, ¿no es así?

-Quiero que te largues y que nos dejes en paz.

-No sin antes hablar. Necesito hablar contigo de un tema muy importante.

Estaba apunto de cerrar la puerta en su cara, pero su pie la detuvo.

-Lo has visto- eso no había sonado como una pregunta-. No le has dicho nada, ¿verdad?

-No estarías aquí si así fuera- dije casi como en un susurro.

-Mami, tengo hambre- Heather se asomó a la puerta. Cuando vio a Connor me miró nerviosa.

-En un momento voy, cariño.

Heather volvió a la cocina y observé como se sentaba en una de las sillas viendo hacia mí. Le di una sonrisa y volteé mi mirada.

-¡Pero que hermosa niña!-exclamó-.Y lo digo en serio, tiene los ojos de mi hermano. ¡Toda esa hermosura la ha sacado de su tío! No me malinterpretes, Faith. Sería hermosa si yo no fuera su tío, pero debes admitir que casi no se parece a ti. Ojos marrones con un toque de verde, nariz perfecta, boquita perfecta. Lo único que heredó de ti fue tu cabello. Lacio y rubio. Que bien, porque ella sería la replica de mi hermano si tuviera el cabello castaño oscuro.

-¿Qué es lo que quieres?

-Que te alejes de Josh, ya lo sabes.

-Yo no lo busqué, me lo encontré.

-No sospecha nada, ¿verdad?

Dudé un momento.

-Eso creo.

-Por el bien de tu hija, más vale que así sea.

Y se fue.

Dejándome aterrada.

¿En verdad sería capaz de hacerle algo a mi hija?

~~~

Al día siguiente llevé a Heather a sus clases, ya que también tendría que trabajar.

Todo había estado muy ajetreado ya que se aproximaba el desfile de modas más importante del año, en dónde se muestran los 50 vestuarios más aclamados y más populares.

Diana ya se había ido, ya que tenía mejores cosas que hacer en París, como por ejemplo promocionar el desfile y cosas así.

El desfile sería dentro de dos meses, pero mientras tanto debíamos encargarnos de invitar a mucha gente para así poder tener más ventas.

Habíamos estado intentando contactar a muchas personas para hacer negocios, así como el día de ayer, pero en este caso con muchísimas personas más.

Al parecer Sarah pudo encontrar a alguien que se interesó por el desfile, ya que su cara reflejó tranquilidad en cuanto colgó la llamada.

-Ya sólo faltan 3 personas más- dijo aliviada-. Vendrán mañana en la mañana a ver cómo está todo.

-Bien, ¿tienes alguna idea de a quien más podamos invitar?


-Ya no. Se me acabaron las ideas... y los números de teléfono.

Me sorprendió lo que estaba apunto de decir, pero justo cuando me estaba arrepintiendo, las palabras ya habían salido.

-A... Josh Hutcherson.

Por lo que sabía, su hermano había venido aquí a hacer negocios con Crown, suponía que Josh también estaría con Connor.

-Oh, querida, acabo de invitarlo. Era con quien estaba hablando.

Parecía que mi cara de asombro era ridícula por la manera en que Sarah me vio.

-Te gusta... ¿verdad? ¿A quien no? Digo, es Josh Hutcherson.

Cuanto quisiera poder contestarle.


Unas horas después, cuando mi horario de trabajo había terminado, pasé por Heather y fuimos a comprar las cosas para su fiesta, ya que sería mañana.

Mi hija quería su fiesta de princesas y yo no era nadie para negárselo. El sueño de toda niña era ser una princesa.

Compramos su vestido, su corona y sus zapatillas, que en este caso serían unos zapatos planos rosas..

-Cariño, ¿qué dulces quieres? ¿Paletas o caramelos?

-¡Dos!

-Sólo llevaremos unos, no queremos causarle diabetes a tus amigos, y recuerda que hay dulces en tu piñata.

-¡Paleta!

Sonreí. Amaba a mi hija. Era una niña que no hacía berrinche, por lo que me había evitado pasar por todas esas vergüenzas de una niña que lloraba porque no quisieron comprarle algo.

-Entonces llevaremos las paletas, buena elección.

La tomé de la mano para ir a pagar todas sus cosas, pero Heather me jaló de mi blusa, indicándome que quería que la escuchara.

-¡Mira, mami! -dijo señalando el cartel de Sinsajo-es Jo...Joch.

Observé el cartel. Vaya que tenía una hija inteligente.

-Así es, mi vida. Es Josh.

-Joch -repitió.

Pagué a la cajera y tomé todas las compras. Cuando llegamos al coche, metí todo en la parte trasera, abroché a Heather y después comencé a conducir hacía casa.

Un pequeño pedazo de ti  |Josh Hutcherson|  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora