CAPÍTULO CINCO

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Heather había caído dormida después de unos minutos. Al parecer estaba muy cansada.

Comprobé su temperatura, todavía estaba ardiendo. Mi mamá solía ponerme toallas mojadas en la frente para así bajar la temperatura, así que decidí seguirla..

Tomé una de las toallas que guardaba en un cajón y la humedecí con agua tibia.

Cuando la coloqué en la frente de Heather, comenzó a llorar, le había dado frío.

—Shh...tranquila. Es para que te sientas mejor.

Tomé una de sus manitas y comencé a darle besitos. Heather rió sin ganas por las cosquillas.

Me recosté junto a ella y volví a colocar la toalla sobre su cabeza, mientras le cantaba una canción que mi madre solía cantarme cuando era bebé.

Al poco tiempo Heather volvió a quedarse dormida.

Ya avanzada la noche, resignada a que no podría dormir, fui a la cocina a servirme un vaso de leche con galletas.

Siempre había sido amante de las galletas de chocolate, o mejor dicho, siempre había sido amante del chocolate en general.

Cuando terminé, lavé mis platos y me senté en el pequeño sillón de la sala.

Prendí la televisión para entretenerme un rato, estaban pasando una de mis películas favoritas.

~~~

Sentí unas manos sobre mi cara. Desperté exaltada y me levanté de un brinco. No me había dado cuenta de que me había quedado dormida en el sillón.

—¡Mami! —gritó Heather mientras se lanzaba a mis brazos.

—Hola, hermosa. ¿Has dormido bien?

—¡Sí! —dijo, mientras se rascaba su pancita.

Al parecer se sentía mucho mejor. Que alivio me daba eso.

—¿Qué quieres hacer hoy, mi bebé? Ya que no tienes escuela y yo no tengo trabajo.

Hice un baile raro, ocasionando que Heather riera.

—¡Ver película, ver película!

Heather salió corriendo hacia su habitación.

¿Había dicho corriendo? No corriendo. Saltando.

Cuando volvió traía un pequeño dibujo en sus manos.

—Calma, pequeña pelota. ¿Qué traes ahí? —me tendió su dibujo, que casi no se distinguía.

—¡Peppa, mami. Peppa!

—No me digas que te gusta ver esto, Heathersita.

—¡Mi tío Eddy me pone Peppa!—hizo un sonido de puerquito, lo cual me causo risa.

Nota mental: No dejar que Heather vea televisión en casa de Eddy.

—Mejor minions, ¿sí?

—¿Mimios?

Reí ante su forma de decir "minions".

—Amarillitos.

—¡Amarillitos, amarillitos!

—Bien. Iremos rápido a comprar helado. No quiero que vaya a hacerte daño el sol.

Algo había escuchado que cuando un niño tiene un brote de varicela, era preferible no exponerlo al sol.

Tomé a Heather y nos dirigimos al auto.

En el camino a la tienda íbamos cantando una de sus canciones favoritas.

¡Noubady, noubady. Noubady can rag mi daun!

Reí al escuchar a Heather cantar. Era una gran fan de One Direction, sin duda.

~~~

Poco antes de que terminara la película sonó el timbre. Tal vez era Gia, mi mejor amiga.

Abrí la puerta para encontrarme con una sorpresa.

—¡Eddy! —grité emocionada y me lancé a sus brazos.

—Te recuerdo que ya no tienes 4 años, Faith. No puedes seguir haciendo eso. Engordaste, supéralo —los dos reímos.

—Pasa.

Me hice a un lado y dejé que mi hermano pasara. Hacía mucho que no lo veía y ya lo extrañaba.

—¡Tío Ebby! —gritó Heather con la misma alegría que yo. Segundos después fue corriendo hacía el y se lanzó a sus brazos. Cosa que yo ya no podía hacer.

Odio crecer.

Un pequeño pedazo de ti  |Josh Hutcherson|  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora