Allí estaba aquella chica de todas las tardes, hacía ya un par de meses que no la veía, desde que empezó la segunda mitad del año, coincidimos muy poco. Creo que es difícil que sepan de que habló, así que les contaré con detalles sobre ella.
Era Jueves en la tarde, el día estaba súper caluroso y ella llevaba el cabello suelto y una chaqueta de lana a rayas. <Que rara> pensé. Con ese calor tan asfixiante y ella vestida así. Era muy extraño pero no me quedé mucho tiempo mirando lo raro que era eso. Ella me cautivó al instante. Lamento no darles detalles pero prefiero guardarlos para mí. Sólo diré que era una chica muy alta y tenía un color de piel precioso. Muy definido y natural, sin seña alguna de bronceado.
Yo estaba sentada frente a ella en el tercer vagón del primero hacia el último. Llevaba unos jeans azules, ajustados. Vaya que tenía unas piernas preciosas. Iba leyendo unas fotocopias. <Teoría del valor> Sólo pude ver el título porque estaba en letras muy grandes. No quería que me pillara ojeando así que posé mis ojos en el celular. Simulaba escribir un mensaje mientras ella no apartaba su mirada de las hojas que leía tan atentamente. No sé si lo hacia por puro gusto o si debía hacerlo cuanto antes.
La parada había llegado, yo debía realizar un compromiso así que me tuve que bajar cuatro estaciones antes. <Rayos> no sabría donde vivía, bueno, en que estación se bajaba, pero al menos tendría una foto de ella, así que aproveché uno de esos momentos en los que levantaba la mirada para acomodar sus lentes. Que bien le quedaban. Eran cuadrados y negros, hacia juego con toda ella.
Cuando llegué a casa, mis amigos que ya me esperaban unos minutos antes, se me quedaron viendo extrañados y con cara de no saber si a la que veían era a mí o a un clon.
-¿Qué pasa parceros, se les perdió una igualita, o qué?
-Sí, de hecho eso pensamos.
-¿Qué? ¿Les debo algo? -Cerré la puerta detrás de mí.
-¿Qué ha pasado allá afuera? -Pregunta la chica en la mitad de mis tres amigos.
-Callen.Me senté a su lado comentando cosas sin sentido con la intención de que olvidaran lo que sea que habían visto en mí, aquella tarde tan calurosa. Eran las cuatro de la tarde y el sol ya empezaba a bajar y el aire dejaba de ser tan denso y se ponía más ligero y fresco. Gracias a la ventana del balcón que nos había apañado en esa hora de calor tan desafiante. Estábamos viendo una película cuando mi celular sonó. Estaba al otro lado de mí y me era imposible tomarlo. Le pedí a mí amiga que me leyera el mensaje, es decir, daba igual, no es que tuviese secretos.
-¿Que miras? -Le digo, a mi amiga que llevaba cerca de 20 segundos mirando con cara maliciosa.
-Nada. -Y me pasó el teléfono sin mover una tecla.Lo miré y me fijé que estaba la foto de la chica del metro. Creo que me había sonrojado porque todos se habían reído de mí, al verme la cara. Como es que había olvidado salirme de la galería. Que tontería de mi parte.
-¿Quién es?
Las preguntas siguientes ese resumieron a lo mismo.
-¿Te gusta?
Y mis respuestas fueron tan vagas y vacías que todos se desilucionaron.
-No, sólo me pareció interesante. Olvídenlo.
Mis amigos por supuesto no se lo tragaron, pero no podía importarme menos, yo no tenía ganas de contarles nada sobre mi experiencia fugaz con la chica de la chaqueta de lana. No era nada importante, sólo una chica más en el metro.
Ya estaba muy aburrida de tantas preguntas y de escoger delicadamente lo que les iba a decir, así que los mandé a casa. Todos vivían en la misma urbanización, así que sólo les bastó coger el ascensor para llegar a su apartamento.
Mi amiga me escribió en el chat unas horas más tarde, por supuesto no quise responder a nada así que le mentí diciéndole que tenía sueño, pero no era cierto, yo sólo quería encontrarla al día siguiente, aunque eso sería una locura. ¿Tal vez sólo estaba de paso? ¿Tal vez la había notado hasta ese día? ¿Tal vez la vería de ahora en adelante porque tiene algo que hacer y debe coger esa ruta?
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My soul say
RandomCuando paro de hablar y logro pensar, son infinitas las palabras que se asoman en mí. Todas tan conectadas y con tanto sentimiento en ellas. Mi alma dice muchas cosas.