Alguien Cómo Yo

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Narra Anie

Estaba en mi casa mirando mi celular, esperando una llamada o un mensaje de Dario aunque sea por error, pero no había nada, quería alejarme de todo, así que me cambie y salí en direccion a suicidio 15, hay podia pensar con claridad, cuando llegue, me pare en la punta del acantilado y me deje caer y antes de llegar al suelo caí de pie, mire alrededor y había mucho de donde escoger, comencé a caminar, pero me detuvo un olor

Otro caníbal....

No lo veía por ningún lado pero presentía que estaba cerca, senti que algo me tacleo fuente en la espalda y me hizo caer al suelo, la persona me tomo de las muñecas, me puso boca arriba y se sentó sobre mi
- seras mía - a juzgar por la voz era hombre o mejor dicho un muchacho, la oscuridad de la noche no me permitía ver su rostro, pero la luna brillo permitiéndome verlo, era un chico bastante guapo, más que Dario y Alex juntos, tenia un cabello café color miel un poco corto peinado hacia arriba, sus ojos verdes eran mucho más claros que los míos, antes de llegar a la pupila tenia amarillo, y sus facciones faciales eran más que lindas, solo lo mire fijamente y no dije nada
- que miras? - me pregunto
- eres muy guapo - dije sin pensar

Porque dije eso?

El sonrió, y su sonrisa era perfecta, bajo un poco y se acercó a mi cara
- no te are nada solo porque eres linda y muy guapa - su sonrisa se hizo coqueta haciéndome sonrojar, apuesto que parecía tomate
- puedo saber tu nombre guapa?-
- soy Anie, y tu? -
- mi nombre es Jay - su olor, ese olor, era un caníbal
- eres un caníbal? - solté, el abrió los ojos como plato y luego suspiro
- si, si lo soy, pero uno raro - hizo un gesto
- a que te refieres? -
- solo tengo un ojo - su ojo izquierdo se volvió rojo, no podía creerlo, había alguien como yo, todo este tiempo creí que estaba sola, creí que era la única, sonreí
- eres como yo - dije aun sonriendo
- tienes solo un ojo? - me me pregunto sorprendido
- solo que el mio es el derecho - mi ojo derecho se activo y se volvió normal, una enorme sonrisa se formó en el rostro de Jay, se levantó y luego me levanto
- lamento lo de antes -
- no importa - me sacudi y el me abrazo

Pero que..?

Yo también lo abrace, me sentía bien, me sentía en calma y segura, algo que no sentía en los brazos de Dario
- Siempre crei que estaba solo - 
- yo también - el me estrujo más, era muy dulce y tierno, tanto que decidí quedarme con el, le platique como me convertí en un caníbal, y el me dijo que era hijo de humano y caníbal, yo pensé que el era la única prueba viviente de que ambas especies se pueden unir y convivir, su padre era el humano y su madre el caníbal, pero la asesinaron cuando el tenia 13 años por la organización de PCC (Protección Contra Caníbales) y cuando el cumplió 15 su padre se casó de nuevo pero con una humana y ahora tiene una hermanastra menor llamada Jodie, antes de que sus padres se casarán su padre le advirtió a su prometida que su hijo era un caníbal, y ala mujer no le importó en lo absoluto, eso me pareció muy tierno y lindo por parte de la señora, podría escucharlo hablar asta el cansancio ya que su voz es preciosa al oído, y en estas horas me di cuenta de muchas cosas, Jay y yo teníamos demasiadas cosas en común, más de las que me imagine, incluso nos gustaba comer las mismas partes del cuerpo, le gustaba las mismas canciones que  a mi y el tipo de música, era como encontrar mi alma gemela, me sentía bien a su lado, algo que no sentía con Dario o con Alex.

Narra Dario

Llegamos al departamento donde viviríamos Summer y yo dos meses enteros, al entrar deje mis maletas en el sofá y decidí recorrer la casa, estaba completamente amueblada, y había dos habitaciones, obviamente no compartiría la cama con ella, ya había elegido mi habitación, volví a la sala y mi madre platicaba con la de Summer
- hijo, dame tu celular y tu laptop por favor - dijo mi mama
- porque? - pregunte eh hice un gesto
- porque no quiero que te comuniques con nadie - me dijo extendiendo la mano
- Pffff.... - bufé molesto y le di mi celular y mi mochila con mi laptop
- gracias, más tarde te traigo tu medicina, ya encontré un lugar donde la venden - dijo colgando mi mochila en su espalda
- esta bien, pero traerlo cuanto antes, no aguanto más este dolor de cabeza - dije tomándome el cabello y tirando de el un poco
- esta bien cariño, por el momento ve a una de las habitaciones y trata de calmarte si? - asenti, me despedí de todos y me fui a una de las habitaciones, cerré la puerta, me senté al borde de la cama, apoye mis codos en mis rodillas y con mis manos cubrí mi cara, este maldito dolor de cabeza me estaba matando, espero que mama no se tarde con el medicamento, porque de verdad lo necesito. Trate de no pensar mucho en mi dolor de cabeza o en lo molesto que estaba, porque si no destruiría toda la habitación como en casa de mi abuela, creo que mi madre pagará una suma de dinero para reparar esa habitación, la idea me hizo reír un poco, la imagen de Anie vino a mi mente haciendo que mi cabeza doliera
- ahhh! - grite y tire de mi cabello, me sentía horrible haberla dejado de aquella manera, y ahora que no tengo celular no puedo hablar con ella, y no quiero que piense que la deje o algo parecido, o que crea que no quiero hablar con ella, o peor!!, que piense que ya no la quiero como novia, o que piense que ya no la amo, pensar en todo aquello aumento mi dolor de cabeza
- ahhh!! Mierda!! - me me arrodille en el suelo frente a la cama y después apoye la frente contra el piso y tire más de mi cabello, había mucha mierda en mi cabeza, el dolor era peor, ¡¿DONDE ESTA MAMA CON ESE JODIDO MEDICAMENTO?!
- Ahhhhh!! - grite más fuerte, no lo soportaba más, comencé a golpear la cabeza contra el piso y sentí que me salio algo de sangre y entonces la puerta se abrió
- oh, Dario que diablos haces?! - era mama, se arrodilló a mi lado y me tomo de la espalda y me sentó, las lágrimas salian de sus ojos al igual que la sangre de mi frente
- toma - me dio la pastilla y el vaso de agua, tome la pastilla, la puse en mi boca y bebí del vaso de agua, mi madre tomo el trapo y lo puso en la herida y presionó
- te llevare al doctor - suspiro y continúo - y creo que es hora de ir al psicólogo de nuevo -dijo acariciando mi cabeza, asenti.
Tal vez mama tenia razón, creo que era hora de regresar con el doctor Peters a una sesión
- le llamare y le diré que venga, se que aceptará, anda levántate, y perdón por hacerte esto cariño - me ayudó a levantarme y salimos de la casa en rumbo al hospital.

Narra Anie

- tengo que irme Jay, es bastante tarde - dije levantándome del húmedo césped, el imitó mi acción y me miró decepcionado
- no te vallas - dijo tomando mi mano
- lo lamento Jay, ya es tarde y sebo volver al casa, y aparte me salí sin...... - no pude terminar la frese porque el estaba besando mis labios y sin darme cuenta correspondi aquel beso, era dulce apasionado y lento, apuesto que lo hice para torturarme, se sentía bien besarlo, no quería separarme pero el dio fin a aquel beso
- oh por dios que hice, de verdad lo siento, debes creer que soy un atrevido porque apenas te conozco y.... - no lo deje terminar porque esta vez era yo quien lo besaba, tome sus brazos y los puse alrededor de mi cintura y puse mis manos en su cuello y después enrede mis dedos en el cabello de su nuca, su pelo era lindo y muy suave, como tocar terciopelo, comencé a acariciar su nuca con mis manos de arriba y abajo, no quería separarme, el hizo el beso lento y dulce, me estaba torturando de una manera horrible, moví mis labios más rápido hobligandolo a hacer lo mismo, el acarició mi cintura, me olvide por completo de Dario, quería seguir aquí con Jay, pero ocupaba algo de aire y me separe momentáneamente, pero no pasaron ni dos segundos y lo bese otra vez, esta vez era yo quien lo torturaba, movía mis labios lentamente y el al compás de ellos, haciendo el beso aun más dulce y apasionado, me sentía bien y algo en mi me decía que tenia que estar con el, sentía elefantes saltando en mi estómago de un lado hacia otro, no pude evitar sonreír en medio del beso, haciendo que el riera sonoramente
- no te detengas - dijo entre risas
- me tengo que ir - le dije mientras recargaba ni frente con la suya
- no, quedate a pasar la noche aquí conmigo -
Lo pensé y no sonaba tan mala idea después de todo
- esta bien tu ganas, pero sólo está noche - sonreí, me beso de nuevo, me sentía muy bien, me sentía increíble y genial a su lado, algo que no sentía con Alex o con Dario y creo que no me iba alejar jamás y menos ahora que había encontrado alguien con el que podía compartir, estar y ser yo misma, había encontrado a alguien como yo.

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