¡Encuentrenla!

118 6 1
                                    

Narra Anie

Mire mi cuerpo desnudo en el espejo, había perdido mucho peso y me veía delgada y mi piel estaba mas pálida de lo normal, tal vez tenia algo que ver que no había comido nada desde que salí de la casa de la tía de Cold

Me acerque mas al espejo y mire mis ojos, no temían ningún tipo de brillo, parecía que mi alma se había esfumado aparte de que comenzaban a ponerse rojos, como los de Cold, ya se notaba desde la pupila. Mire mis dientes y se veían más afilados y mis uñas estaban mas largas

¿Que me pasa?...

- Anie, nena ¿puedo pasar? - la voz de Remy me sobresaltó, me puse mi ropa interior y una de sus playeras

- A-ah si pasa, esta abierto - la puerta se abrió dejandome ver Remy, entro y cerro detrás de el

- ¿Estas bien Anie? - preguntó tomandome un poco desprevenida

- S-si, ¿porque preguntas? - me rasque el brazo

- No lo se - se encogió de hombros
- te he notado rara estos días Anie, te veo más pálida -

Mierda.....

- No te preocupes por mi Remy, estoy bien - alzó la ceja - de verdad, estoy bien - lo abrace y el no tardo en corresponder el abrazo

- Bien, vengo a decirte que voy a ir a arreglar unos asuntos con mi padre y que voy a volver algo tarde Jony me va a acompañar no se si quieras venir -

- No no, vayan ustedes, yo me quedo aquí -

- ¿Segura? -

- Segura - nos separamos y el se puso otra playera y sus botas, se acercó a mi y me besó - te quiero y no Quemes el edificio -

- No te prometo nada - le guiñe un ojo y el río, Remy salió de la habitación y cerró la puerta

Rápido fui al ropero y me cambie de ropa, me puse un pantalón negro, una blusa negra, una sudadera del mismo color, mis converse, un gorrito y un par de guantes de cuero negro. Parecía que me iba a robar una especie de banco

Me dirigí a la ventana de la habitación y salí, mire abajo y me di cuenta de que estaba en el último piso del edificio, por suerte había un techo al lado donde podía caer. Me arroje y caí con una marometa, comencé a correr y a saltar de techo en techo hasta llegar a la parte más solitaria y horrible de Nueva York, entre en un callejón y gracias a la oscuridad de la noche y a mi ropa negra no me veía y no llamaba la atención.

Me quede quieta al ver dos jóvenes tragarse......digo besándose en el callejón no muy lejos de donde yo estaba. Me acerque lentamente y me pare al lado de ellos, estaban tan ocupados con ellos mismos que no se dieron cuenta de mi presencia

- Pero que lindo - hable al fin dándoles un gran susto a los dos que se separaron de la sorpresa

- ¡¿Pero que te pasa hombre?! - gritó el chico muy enojado

- En primera no soy hombre, soy mujer y en segunda lamento haberlos interrumpido -

- Bien, ahora puedes irte y dejarnos en paz zorra - dijo la chica

- ¿Zorra? - pregunte indignada - los iba a dejar vivir pero ahora ya no -

- ¿A que te refieres con eso..... - no deje que la chica terminara porque tome al chico de la playera y lo arroje contra el muro con fuerza

La chica grito con fuerza y antes de que pudiera chillar más, le atravece el estómago con mi mano sacándola desde el otro lado de su cuerpo. Sonreí con demencia y ella escupió sangre salpicandome un poco, saque la mano trayendome un intestino conmigo, lo metí el mi boca mientras ella veía como lo hacia frente a sus ojos, se le pusieron en blanco y estaba a punto de perder el conocimiento pero le mordi el hombro trayendo un pedazo en mi boca, ella gritó muy fuerte y las lágrima corrieron por su rostro. La tire al suelo y me senté sobre ella, a pesar de que le había sacado los intestinos ella forcejeaba y sentí cierta admiración

Caníbal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora