Perdiendo la Cordura

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Narra Anie 

Encendí el cigarrillo y lleve a mi boca para darle una gran fumada mientras miraba el cielo azul desde las bancas de descanso de la universidad. Mi clase de literatura se había cancelado debido a que el viejo se había enfermado, ya no le quedaba mucho por vivir. Me había sentido distraída desde lo que paso con Toby en mi habitación, ya pasaron varios días desde que eso paso, pero el volvía todas las noches y digamos que se repetía, seguía sin saber nada de Cold ni de su paradero y  ni siquiera sabia si disponía de un celular

Dario estaba mas distante y cuando estábamos a punto de tener sexo me pedía que gritara su nombre, pero no lo hacia por mas que insistiera, no sentía ganas de hacerlo. Mi apetito había disminuido a causa del cigarro, mi madre me había descubierto pero me dijo que eran mis pulmones y que era mi funeral, al contrario de mi padre y hermanos querían que lo dejara, pero no podía 

- ¿Porque tan sola? - se escucho una voz ronca a mi lado, me gire hacia la voz y encontré a Santiago con las manos en los bolsillos 

- ¿Que quieres? - dije de mala gana para fumar otra vez del cigarro y mirar al frente 

- Valla manera de hablarme después de lo que hicimos anoche - se sentó  a mi lado 

- Solo olvídalo ¿quieres? - pedí sin mirarlo 

- Algo te esta pasando - 

- Solo déjame tranquila, quiero estar en paz solo una vez en mi vida, mi cabeza esta echa un maldito lió y solo quiero despejar mi maldita mente, no puedo pensar con claridad, me dan ataques de ansiedad y solo puedo librarme de ella con el cigarro y el sexo, por eso acepto a tenerlo contigo para dejar de pensar un segundo, no es porque sienta algo por ti, si tal vez seas atractivo y media universidad te desea y tal vez crees que me debo sentir afortunada de estar teniendo un aventura sexual contigo, solo quiero que todos se mueran y me dejen tranquila - hable tan rápido que se me escapo el aire, me sentía muy enojada, lleve mis manos a mi cabeza tirando el sombrero que estaba sobre ella y grite tan fuerte que parecía que se me rompería la garganta 

Me hice un ovillo sobre la banca y comencé a llorar, estaba muy enojada con todos, por abandonarme, quisiera tener una maldita moto-cierra y partir por la mitas a todos, sentía como la rabia me consumía, ya no podía aguantar mas......mi ojo derecho me comenzó a fallar, la sangre mancho mis rodillas, me senté como debía y apoye mis codos sobre mis rodillas mientras las lagrimas y sangre caían al suelo, alce la mirada y veía todo rojo, mire a Santiago y abrió los ojos muy grandes al ver mi estado. La sangre corría por mis mejillas y una sonrisa se pinto en mi rostro 

- ¿Que te parece si te doy el mismo destino que a tu hermano? - comencé a reír como psicótica y me comence a acercar a el con pasos amenazantes - anda ven, ¿que acaso ya no me deseas? - hice un puchero y luego volvi a reir 

Creo que la poca cordura que me quedaba se me habia quebrado, ahora mi demonio tenia el control

Narra Jesse

- ¿Diga? - dije atendiendo el teléfono

- Por favor manden a los agentes de la PCC necesitamos ayuda una de nuestras alumnas se volvió loca y esta matando a todos - se escuchó una voz muy asustada del otro lado de la linea

- Claro digame la ubicación -

- Estamos en la universidad de....¡No! ¡no! ¡por favor no me mates! ¡ayudenme! ¡ahhh! ¡ahhh! - se escuchó como asesinaban a la pobre mujer y después una macabra risa de fondo

- ¿Hola? ¿señorita? - dije muy preocupada

- Es mejor que se den prisa - era la voz de Anie, se escuchaba fría y pesada - ya casi no queda nadie - corto

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