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Hacía ya tres días que la familia Payne había vuelto de la ciudad, el hospital, el cementerio. Sin embargo, las puertas y ventanas permanecían cerradas y nadie salía.
-Medicina.-dijo Geoff y Jamie la tomó.- Vas a mejorarte, chiquita.
-Quiero ir con Liam. -susurró ella y su madre la abrazó con más fuerza.-¿Puedo ir con él? Quiero ver a Liam.
-Tu hermano está muy nervioso y no quiere asustarte.-dijo Karen.
-Papá me dijo que yo también tenía que cuidarlo. Solo quiero ir con él.
-Vení.-dijo Liam tras ella y Jamie se puso de pie de golpe, amenazando con caer.- Hey, hey, mas tranquila.
-Estoy bien. -murmuró ella y lo rodeó con sus brazos.- ¿Vos estás bien?
-Si.-suspiró él y la presionó contra su pecho.- Ahora que veo que casi no hay fiebre, si.
Jamie se aferró a él con fuerza y pudo saber que sus padres los miraban atentamente. Quería decir algo pero no sabía qué. Estaba asustada por todo lo que ocurría y necesitaba tranquilizar a su familia para luego poder hablar con Harry.
-¿Queres que juguemos a la play?-preguntó Liam y ella asintió.- Me debes la revancha en el FIFA.
-Voy a ganarte. -rió ella y lo miró.- Papi, ¿queres jugar con nosotros? Podemos hacer dos equipos.
-¿Qué decís, Karen?-preguntó Geoff.- ¿Les demostramos que podemos ganarles?
La mujer rió mientras asentía y Liam llevó a Jamie nuevamente al sillón para ir a por la play.

Harry miró la casa y volvió a desordenar su pelo con impaciencia. Necesitaba ver a Jamie pero no podría entrar. Se llevó la mano al cuello y cerró los ojos, imaginando su cadena colgando del delicado cuello de ella y cayendo sobre su pecho desnudo.
Jamie llevaba sin hablarle desde que se habían marchado y él no entendía por qué tanto misterio.

-¡Papá!-gritó Liam.- ¡Mamá! ¡Papá!
Geoff subió corriendo las escaleras y entró en el cuarto. Jamie estaba entre los brazos de su hermano, desmayada. El hombre tomó el pequeño rostro entre sus manos y le acarició las mejillas.
-Dijo que podía pasar durante la primera semana. Es hasta que se acostumbre a las dosis de los medicamentos.
-¿Y si están equivocados?¿Y si esos no son los medicamentos que necesita?-preguntó Liam al borde de las lágrimas.
-Tenemos que confiar.-dijo él.- Es lo único que podemos hacer. Ahora llevala a la cama, por favor. Necesito que la cuides. Yo voy a ir con tu mamá. Está muy alterada con todo esto.
-No quiero que se vaya, papá.
-Nadie va a dejar que se vaya.

Las horas pasaron y Harry despertó en el asiento trasero de su auto cuando el teléfono empezó a sonar.
-¿Louis?-murmuró.
-Harry, estoy yendo a la casa de Jamie.
-Estoy acá afuera.-dijo y luego fue consciente del tono de su amigo.- ¿Qué pasó?
-Jamie estuvo internada. Ella... Harry, tenes que hablar con ella.
-¿Qué tiene?-preguntó tan asustado que su amigo tuvo que contener las ganas de pararse frente a él y abrazarlo con fuerza.
-No lo saben.-musitó.
-Pero ¿va a estar bien?
-Estoy yendo a la casa de Jamie.-repitió Louis sin responder su pregunta.
La llamada se cortó y Harry salió del auto y trepó hasta la ventana mientras las lágrimas caían a montones de sus ojos.
Cuando el timbre sonó, vio como Liam abría y entró en el cuarto. Jamie reposaba sobre la cama con el cabello en el rostro y un poco de sangre en los labios. Su piel se veía más blanca y traslucida de lo normal y sus ojos estaban cerrados.
Al escuchar los pasos en la escalera, se metió bajo la cama luego de rozar con sus dedos la delicada cadena en el cuello de ella.
-¿Cómo está ahora? -preguntó Louis.
-No lo sé. Ella... Nunca pensé que... Ya es demasiado. Primero Cory y ahora ella. No quiero perderla.
-Si decís esas cosas la vas a asustar. Dijiste que no saben qué tiene.
-No lo saben. Pero, mirala. Si algo le pasa a Jamie, yo me muero. No puedo creer que ella...
-¿Liam?-preguntó ella con voz suave y adormecida.
-Acá estoy, princesa. -dijo él, acercándose a su lado.- ¿Pasa algo?
-Me duele la panza. -murmuró ella y su hermano entrelazó sus dedos.- Ya no quiero estar enferma.
-Lo sé, mi amor. Pero vas a estar bien. Dijeron que la medicina tarda un poco en hacer efecto y la fiebre ya está bajando.
-Liam, vi a Zayn en el entierro.-su hermano se tensó por completo.- Me dijo que sus papás se enteraron dónde estaba él y lo amenazaron para que fuera a estudiar. Me dijo que los llamaste.
-Jamie...
-Está bien.-susurró ella.-Al principio estaba enojada porque...-comenzó a toser y su hermano le presionó la mano con suavidad.- No entendía cómo podías hacerme eso. Pero...- tosió nuevamente y un pequeño hilo de sangre asomó por la comisura de su labio.- No es tu culpa. Sé que lo hiciste porque creías que era lo mejor. Tal vez lo era.
Su garganta comenzó a doler más y más, arrancándole las lágrimas.
-Jamie, vas a lastimarte. Por favor. -pidió él y limpió la sangre y las lágrimas.
-Me duele.-musitó con un hilo de voz.- Él se fue, Liam. Fue su decisión.
-Ya está, mi vida. Lo sé. Te entiendo. Pero no hables. Quiero que te mejores. Voy a buscar tu remedio. No hables. Por favor.
Ella asintió y su hermano le besó la frente para luego salir del cuarto.
-Tu hermano te ama.-dijo Louis y ella volteó hacia él.- Todo lo que hizo fue por mantenerte a salvo. Él no quiere que nada te pase y haber escuchado a Zayn diciendo que quería hacerte el amor, lo alteró. Sos su nena.-ella asintió y Louis notó que se llevaba la mano al cuello y tomaba la cadena.- ¿Es de Harry? -ella asintió.- Tengo miedo de lo que pueda pasar con ustedes.
Harry cerró sus puños y quiso salir pero se contuvo. Si escuchaba que de los labios de Louis salía algo como "deberían dejar de verse", le propondría a ella escapar.


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