Capitulo 3

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—¿Si? —contestó una mujer no tan mayor. No era de la incumbencia de Louis pero a simple vista se apreciaban ojeras que probablemente eran causa de no haber dormido bien por meses.

—Yo uhm... us-usted ganó un concurso, felicidades —Louis salto a abrazarla, la mujer agradeció y los ojos se le empezaron a cristalizar y con llanto en los ojos le dio las gracias una vez más. El nerviosismo de Louis se fue, lo que ahora sentía era satisfacción, se sentía orgulloso de si mismo.

—Yo vengo de parte de mi padre —dijo con rapidez—. Él trabaja ahm haciendo sorteos por todo Londres —es mejor no dejar ni una pizca de sospechas—. El no pudo venir y me mando a mí —sonrió, la verdad era que Louis no quería que sospechara nada, mucho menos que al principio todo fue una broma.

La mujer invitó a Louis a pasar a dentro. Aunque era la primera vez que iba se sentía un ambiente cómodo, hasta se atrevía a decir que era "Como estar en casa". Anne, quien así se llamaba, le ofreció una taza de café, el cual Louis no negó. Ella le contó de los problemas económicos que estaban pasando y que fue un milagro ganar aquel concurso. También le contó de lo que su hijo padecía. Anne era una mujer trabajadora pero estos días su niño se enfermo muy seguido y ella tuvo que faltar, por lo cual fue despedida y el sueldo de mitad de mes no alcanzaba para pagar las medicinas. Ella contaba con un deje de tristeza y felicidad a la vez "fuiste una bendición" repetía la mujer. La verdad era que si ella supiera lo que había hecho Louis, no lo vería de esa manera, pensó.

—Yo uhm... me tengo que ir —se disculpo Louis.

—Te acompaño — le sonrió Anne, se notaba la felicidad que había traído para su vida.

Antes de que Louis se fuera, Anne tomo su mano la apretó y le dijo "Muchas gracias". Camino con prisa, bajo los pequeños escalones y camino lo mas rápido que podía. Aunque esa sensación de culpabilidad se había dispersado, si su mamá llegaba antes que él lo castigaría.

Una mente revuelta y unos pies que caminaban de prisa no eran una buena combinación para que Louis evitará empujar sin querer a alguien. Lo primero de lo que se percató es que habían flores blancas alrededor del pavimento. Una cabellera rulosa empezaba a alzar las flores algunas algo estropeadas. Louis como un imán repitió el acto ya que se lo debía.

—Lo siento...—ambos se pararon y Louis le entregó las flores que había recogido.

El niño rizado levanto la cabeza y pronuncio un "no fue tu culpa" su voz era tan delicada y dulce. Si los sonidos tuvieran sabor este definitivamente sabría a strawberry.

Juraba haber visto antes esos ojos verdes, no sabía exactamente dónde. Pero si el destino así lo quisiese, sería un honor volver a coincidir en esta vida.

CAN I BE CLOSE TO YOU? L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora