Coliseo

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Peter estaba totalmente confundido por las palabras que le dijo Paul, se preguntaba de que estaba hablando, pero como su padre lo había criado, no iba a preguntar y esperaría para después saber, se levantó de su cama para salir del cuarto, dejado a Paul con una cara de un millón de dudas sobre porque él no había tenido curiosidad al respecto.

— ¿Adónde vas?—«Preguntó Paul».

— No tengo ni la menor idea—. «Abrió la puerta y comenzó a caminar mirando el mapa que tenía en su mano, sin darse cuenta de que Paul estaba justo detrás de él».

— Oye, no seas tan duro, yo te dije que sería tu Tutor por lo tanto es mi deber enseñarte las instalaciones.

— Está bien— «Respondió, no quería causar una discusión por una tontería».

— Por ahora ve a acostarte, no son horas para estar paseando por allí—. «Estoy seguro que Peter no sabe que ya es de noche» pensó mientras caminaba de regreso al cuarto.

Paul sabía que cuando te llevaban a ese lugar, era en un carro con ventanas totalmente negras, no querían que los niños supieran donde estaban para que no intentaran escapar.

Al día siguiente...

— Todos levántense, terminó el descanso.

Fue una voz gruesa y alta que sonaba desde los parlantes que estaban en todos los cuartos, lo siguiente que se escuchó eran charlas y los que parecían ser niños corriendo por todos lados.

—Párate — «gritó Paul, mientras se preparaba para ir a darse un baño».

— ¿Qué... está pasando? — «dijo mientras se levantaba de la cama, con grandes ojeras, no había dormido ni 3 horas».

— Es tu primer día y no te va a gustar llegar tarde, el entrenador odia eso.

Peter no tenía ni la mejor idea de lo que iba a pasar a continuación, pero no quería quedarse quieto esperando, se levantó y agarró su toalla mientras Paul le iba explicando cosas en el camino hacia el baño.

Las instalaciones tenían las paredes de color gris oscuro, y unas líneas amarillas, dos para ser exacto que decían adonde quedaba todo. En las esquinas de los pasillos había parlantes y de camino al baño estaba una bodega con una puerta grande que parecía indestructible, con el título "Objetos" en ella.

— ¿Para qué es ese cuarto? —«preguntó Peter mientras seguía caminando sin quitar la vista de esas grandes letras blancas».

— Pronto sabrás —«respondió Paul mientras apuraba a el chico».

Después de darse un cálido baño, fueron a los vestidores, había muchos chicos y solo una mujer, que obviamente Peter había visto mientras caminaba hacia los vestidores, ella estaba en el vestidor de mujeres. Peter se preguntaba si era la única.
Todos se ponían unas camisas gruesas; algo pesadas de color negro, pantalones militares negros y unas botas que les llegaban hasta la rodilla. Peter se lo puso sin cuestionar ni hacer preguntas, se estaba preparando mentalmente para lo que fuera que iba a saber, el simple hecho de que el resto de las personas en ese lugar lo miraban a él y a Paul con desprecio ya lo hacía sentir la tensión en el ambiente.

— ¡Formación! —«grito un hombre musculo, vestido de igual manera que ellos, Peter supuso que era el entrenador».

Todos se pusieron rápidamente en una fila, justo al frente de la entrada al patio. El patio era grande, tan grande como dos canchas de football y había muchas máquinas de hacer ejercicio y lo que parecía ser un campo de entrenamiento, con llantas en el suelo y todas esas cosas.

— Hoy vamos a proceder con el entrenamiento, y luego haremos peleas de práctica en el Coliseo.

No se escuchó ningún ruido más que el del viento, pero se veía la emoción en el rostro de todos cuando dijo "Peleas de práctica en el coliseo" Peter no paraba de pensar de qué hablaban.

— Saben que no soy de dar las bienvenidas —. Pero en esta ocasión hay otro Prestigioso con nosotros y quiero que todos lo conozcan, su nombre es Peter y con el ya tenemos a dos Prestigiosos en el Panal.

Algo que diferenciaba a los Prestigiosos del resto, es que sus padres los mantenían practicando defensa personal y todo tipo de artes marciales, por lo tanto, meterse con un Prestigioso no era tan buena idea.

El difícil entrenamiento comenzó, habían varios que se le dificultaba seguir con el marguen de entrenamiento, pero para Peter o Paul no era nada, antes habían entrenado mucho y era el doble de eso. Cuando el entrenamiento terminó ya el reloj marcaba las 3:15 pm, o sea que estuvieran entrenando 3 horas, no tenían ningún tipo de compasión en ese Panal. Llevaban a todos al coliseo, guiados por el entrenador Hollygan — un hombre de unos 1.85m, calvo y fuerte como el resto de los militares, algo más pequeño que el Mayor, pero aun así temible.
Cuando iban a mitad del camino, pasaron por la puerta que generaba tantas dudas en Peter, el cuarto con grandes letras blancas y puerta irrompible titulado "Objetos". La puerta se iba abriendo lentamente y lo que estaba adentro dejo a Peter atónito.
Juguetes, estaba llena de juguetes y todos cogían uno que ya parecía que fueran sus favoritos, desde pistolas de agua, muñecos, hasta simples relojes y espejos. Peter se preguntaba que estaba pasando.

— ¿Se siente extraño cierto? —«le pregunto Paula Peter, sabía que él se esperaba armas y cosas así».

— No sé ni siquiera que opinar —«su cara mostraba total decepción al respecto».

— Hoy no peleo, asique mientras vemos las peleas te explico todo lo que estápasando.

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— Buenas tardes damas y caballeros, hoy en el coliseo pelearan cuatro personaspara ver quien pasará a la final para combatir con el Monstruo, el más grandede todos los grandes—. «La tensión en el ambiente era demasiada y aunque fuera imposible de creer el que daba las presentaciones era el entrenador Hollygan».

Entraron  cuatro personas al coliseo y el entrenador salió de allí dando la señal de que podían comenzar, increíblemente una de esas personas era la mujer que Peter había visto antes.
Todos llevaban sus juguetes, la mujer— «de cabello dorado, corto un poco másarriba del cuello para que se pudiera apreciar su marca de color dorado, parecíade 16 o 17 años, y desde acá Peter pudo ver sus ojos de color verde claro queno dejaban de mostrar la seriedad del asunto». Había un niño con una pistola de agua, otro con lo que parecía ser una bolsa con monedas y el último con un espejo, eso era algo extraño.

— ¡Comiencen! —«dijo el mayor atreves de los parlantes cuando ya estaba en un "lugar seguro"».

De repente sin que Peter tan siquiera pudiera preguntar, todo comenzó. Den trodel coliseo todos comenzaron a correr hacia las esquinas mientras se preparaban para algo, quietos viendo quien hacia el primer movimiento y allí fue cuando sucedió, el niño de las monedas saco una y esa comenzó a levitar en su mano, la arrojó con un movimiento ligero hacia el chico de la pistola de agua, pero este ni se inmuto y cuando disparo el chorro de agua fue tan fuerte que de la monedano quedo nada, fue partida en pedacitos debido a la presión con la que el agua salió de esa pistola. El niño de la pistola se mantenía a rango, parecía que quería aprovechar el máximo de su poder, inesperadamente el niño de los espejos comenzó a mirarse en el despreocupado por si le disparaban, cuando de la nada giró el espejo violentamente y hacia donde apuntaba aparecía el reflejo delmismo, Peter jura haber visto a menos 5 clones. Todos se alarmaron cuando 4 de los clones fueron corriendo hacia el niño de la pistola de agua, mientras tanto el niño de los espejos fue con el último clon a atacar al de las monedas, que agarro un puñado de ellas y comenzó a dispararle pero él era demasiado rápido y cuando una de las monedas estaba a punto de pegarle el clon intervino desapareciendo pero dejando la moneda ya en el suelo, no hubo ni tiempo deparpadear cuando ya el venció a los dos contrincantes por sí mismo.

— ¿Por qué nadie la ataca a ella? —preguntó Peter, tenía tantas preguntas en su mente pero esa era la más importante en ese momento.
— Ya verás —. Fue la única respuesta de Paul.

Cuando el terminó con los dos, ella estaba quieta viéndolo, con el reloj en la mano, como esperando que el hiciera el primer movimiento, fue cuando él se miró en el espejo amenos unos quince segundos y repitió el movimiento que antes había hecho creando más clones, ella ni se inmuto y cuando todos los clonesestaba a punto de pegarle, abrió el reloj que tenía en sus manos, «parecía un reloj antiguo de esos que tienen fotos adentro, son pequeños y circulares». Asíera, había una foto dentro del reloj, Peter no pudo ver desde ese lugar, pero cuando ella abrió el reloj todos los clones desaparecieron, dejándolos a ella y a él solos, el niño repitió el proceso enviando más y más clones pero ella repetía lo mismo. Era como para dejarle claro que con su poder no tenía probabilidad. Fue cuando en un segundo o menos, ella apareció detrás de él y ledio un ligero golpe en la nuca noqueándolo. Parecía como si ella tuviera súpervelocidad, no, más bien parecía como si ella hubiera detenido el tiempo.

— Bueno damas y caballeros, tenemos una ganadora, Kimberly, es la elegida para el siguiente combate.



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