Capitulo 3

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robo mi primer beso fue tanta la impresión que abri mi ojos a mas no poder y para rematar me quede estática sus labios tan fríos contra los mios que eran cálidos comparados con los de él. No le devolví el beso y al parecer eso le molesto.
Intente empujarlo pero me fue imposible ya que tenía una gran fuerza. De tanto intentar el me soltó abruptamente y a una velocidad magnifica él ya estaba cerca de la puerta.

-Bueno ya has de saber porque estas aquí. -En su voz se notaba lo molesto que estaba.
-Siii, ¿Porque haces esto? ¿Qué quieres de mi? Le pregunte casi en un susurro.
-¿Que porque hago esto? Porque quiero que seas mi esposa te he estado esperando mucho no crees. Además de ti quiero todo. -respondió rápidamente.

Me sonroje un poco, por aquel comentario sacado de la nada. De que él quería todo de mí que tonto era. - pensé.

-¿A si? Pues no creas que conseguirás algo de parte mía. -Le respondí arrogante.
-Mira tu harás lo que yo quiera que te quede claro. Te casaras conmigo quieras o no -Dijo con una sonrisa triunfante.
- Estas equivocado si crees que podrás hacer conmigo lo que se te la gana, ademas no me casaré contigo primero muerta.
-No te puedes morder la lengua y dejas de decir estupideces, que él que manda aquí soy yo. -Lo dijo ahora con un tono de voz elevado.

Lo mire desafiante y cuando le iba a decir algo más, ya lo tenia de vuelta en frente mio. Me agarro de los brazos y me empujo contra el estante de libros, se me escapo un quejido por el dolor pero se ve que no le importo porque ahora me había empujado contra la pared tirando una lampara que estaba cerca de una mesita.

-Escuchame bien, lo que tu digas aquí a mi no me importa. Tú solo harás lo que yo quiera entendido.

Lo mire a los ojos los tenia rojos escarlata me causaron terror. No dije nada. Pero él al ver que no decía ni hacía nada aumento su agarre y me estremecí.

-Entendido - grito.
-Sueltame... por favor - alcance a decirle.
-No porque ahora necesito de ti.

Empecé a empujarlo pero no pasaba nada, es como si ni sintiera que lo estaba haciendo. Soltó su agarre pero fue para peor porque ahora me había tirado al suelo como trapo viejo. Sentí un fuerte dolor en mi espalda ya que caí de la peor forma.

-Eso no era lo que querías, ya te solté.

Se me salieron las lágrimas sin previo aviso.

-No llores, dime si eso no era lo que querías. - Grito de nuevo.
-Si pero no de esa manera, eres un idiota. -dije también gritando.
-¿Qué me acabas de decir?
-Que eres un maldito idiota.

Me levanto como si no pesara nada, y me estampó una fuerte bofetada. Por instinto me lleve la mano a la mejilla me ardía horrible.
-Eso te pasa por hablarme así, vuelve hacerlo y te ira peor.
-Dejame... Solo dejame ir -dije aún llorando.
-Eso jamás... eres mía.
-No soy tuya, y tampoco lo seré.
-Eso esta por verse, Elenna.

Sin mas que decir llevó su boca a mi cuello lo recorrió de arriba a bajo y sin mas que hacer me mordió sin piedad. No le importaba el daño que me hacían sus colmillos se adentraban mas y mas. Me causaba tanto dolor, eso no se lo iba a perdonar jamás.
Bebió de mi hasta saciar su sed, ya no sentía mi cuerpo es como si yo no tenia orden en el. Sacó sus colmillos bruscamente eso ya fue lo único que sentí en ese momento, porque desde ahí ya no recuerdo más.

(******************)
Me encontraba en la habitación que se suponía que era la mía, me desperte porque Choqui era que jugaba con mis pies. Me sentia algo mareada sería el colmo si el bebió de mi como si fuese una fuente inagotable de sangre, seguía con la misma ropa de ayer, la blusa tenía pequeñas manchas de sangre y eso me asustó un poco volvieron todos los recuerdos que había pasado en ese despacho, sin conocerlo mucho ya lo odiaba con lo que me había hecho ya bastaba para sentir eso en mis adentros, no era de esas personas que guardaba rencor pero él, él iba a cambiar eso en mí.
Me levanté con cuidado de no tropezar me dirigí a una mesa que estaba cerca de la ventana en ella se encontraba una jarra con agua, me dispuse a beber de ella me sentía sedienta la deje casi vacía.
Por ahora lo que necesitaba era darme un baño mi cuerpo me lo pedía a gritos, me dirigí a una puerta que estaba cerca del armario y si ese era el baño. Me deshice de toda mi ropa y me metí a la tina me di un baño rápido pero relajante salí y fui directo al espejo me observe estaba algo con ojeras, tenía pequeños ematomas en mi cuerpo y ni de que hablar de mi mejilla estaba morada por esa estúpida bofetada y también por los agarres bruscos de ese hombre. Tenia que hacer algo para escapar de este lugar sino me iba a matar y eso no era lo que quería ahora.
Un pequeño ruido me saco de mis pensamientos, me coloque rapido la toalla y sali del cuarto de baño puse toda mi atención en la puerta de la habitación ya que se abrió de golpe.
Quise esconderme, porque por un momento pensé que era él, pero no, era una señora que por su vestimenta supuse que era la de servicio. Traía una charola con mi desayuno lo colocó en la misma mesa que se encontraba la jarra queria preguntarle algo pero así como entro salió dejo la puerta abierta por unos segundos ya que volvió con la comida de Choqui. Al salir cerro la puerta con llave, seguro él ya había dado esa orden. No le tome mucha importancia y me dirigí a la mesa para desayunar, Choqui no perdió mucho tiempo ella también se moría de hambre como yo, devore todo tan rápido estaba delicioso.
Repose un poco estando en la mesa, pero me canse de estar sentada y di unas vueltas en la habitación como era espaciosa no tuve incomodidad en hacerlo. No dure mucho ya que me aburrí me tire en el sofá esperando en que en algún momento apareciera mi tía. Quería hablar con alguien y quien mejor que ella que ya lo conocía a él, le quería decir lo que me había hecho y que ya no aguantaba estar encerrada en este lugar.
Pase un buen rato ahí hasta que llego la hora del almuerzo, fue lo mismo, ella entraba, salía, entraba y volvía a cerrar la puerta. Me dedique hacer lo mismo que hice en la mañana hasta que llegó la noche, mi tía nunca se digno en venir a verme como estaba, que mas podía esperar él le habría ordenado dejarme sola y volvió a suceder lo mismo, aquella mujer volvió a entrar y salir era como una maquina repetía todo tal y cuál. Solo que esta vez me dio las buenas noches y se marcho dejando otra vez la puerta como antes, no me dejó ni responderle.
No tenía apetito así que deje la comida como estaba. Así como iba terminaría como una cerda, no es que me importara mucho mi aspecto pero tampoco no es que me iba a descuidar aunque no tenia que darle mucha importancia ya que pasaría el resto de mi vida encerrada.
Me dirigí al armario para colocarme una pijama, me hice una trenza en el cabello y me metí a la cama. No dure mucho despierta ya que sumergí en un profundo sueño.

ALMAS GEMELAS (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora