- ¡Jane! -gritó una vez más su mamá, Amy, pero no bastó.
-Jane -llegó a su cuarto y tocó su puerta. La música estaba muy alta. Volvió a tocar acompañandose de otro llamado, ahora más fuerte todavía.- JANE. Abre la puerta. Ahora.- Esperó unos segundos y se cansó.
No era fácil convivir con una adolescente, pero cuando se trataba de SU adolescente la cosa se ponía peor. Jane era inofensiva pero activa para meterse en problemas. Era de esas chicas a las que le cuesta expresar su afecto pero que de alguna manera te das cuenta que lo tienen. Guardaba un gran sentido del humor que solía expresar solo con ciertas personas y a veces; no era mala...odiaba a los malos. No era débil por fuera, sino por dentro. Pasaba mucho tiempo sola ya que no tenía amigos en su escuela..."hay odiosos, silenciosos, serios, graciosos, malos, falsos y de los que nunca se sabe nada", así definía ella a sus compañeros. No tenía ni un solo amigo de ellos, pero si tuviera que elegir, iría por los de "no se sabe nada de ellos" por dos razones: porque le causaban intriga, y la segunda razón: porque ella se sentía parte de ese grupo.
-¡Mamá!, ¿qué te pasa?- Elevó su voz lo más que pudo ya que la música sí que estaba muy fuerte. Dudó en bajarla porque en serio que la siguiente canción de su disco favorito de Taylor Swift que seguía era muy buena, pero al ver la cara de su mamá, la bajó. No por hacerle caso ni nada de eso, sino para que se vaya rápido; no estaba teniendo un buen día. Mejor dicho, sus días no estaban siendo muy buenos desde hace ya como un año.
-Perdón pero tuve que entrar, ¿cómo hacía para que me escucharas sino?- Amy se cruzó de brazos.
-Puedes tocar, ¿no?- Levantó su vista hacia la de su mamá.
-Estuve tocando durante cinco minutos.- Jane hizo su famoso revoleo de ojos y se tiró en su cama, desordenada y con ropa arriba, tomó su celular y sus auriculares y empezó a escuchar música olvidándose por completo de su mamá.
-No. Te estoy hablando. Jane.- Su madre suspiró. En cualquier otro momento probablemente no hubiese dejado pasar su falta de respeto, pero ese no era un día donde la pelea tenía que ser protagonista, necesitaba paz y felicidad y no la iba a interrumpir por el mal humor y desobediencia de su hija, o al menos eso pensaba.- Muy bien, entonces...- Miró hacia sus dos lados buscando un papel. Lo encontró y junto a él, una lapicera; comenzó a escribir. Fueron palabras muy claras y precisas, listas para cumplirse: "Arma tu valija. Tienes 15 minutos y no me desobedezcas. Estoy en la cocina." Dejó el papel en la mesa de luz, junto a la cama donde Jane estaba acostada, y se fue.
Jane no quería ir con sus papás. No sentía la necesidad de ir a visitar a una familia que ella nunca, prácticamente, conoció..que nunca la llamaron, que nunca tuvieron interés en ella, ¿por qué, entonces, ella tenía que fingir interés en ellos?.
Aunque, por otro lado, Inglaterra le atraía. Algo en esa ciudad le llamaba la atención más que el idioma en sí. La zona en donde su familia/no familia se encontraba era "New Forest" y le atraía aún más el nombre porque le hacía acordar a aventura, bosque, verde...algo que ella no veía muy de a menudo. Se levantó y comenzó a armar su valija.
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-Listo- Jane dejó su valija junto a la de su papá y mamá, mientras sostenía un bolso con algunas cosas para entretenerse en el avión. Cuando alzó su vista para esperar alguna respuesta de sus padres, estos estaban mirandola fijamente de una forma que ella conocía muy bien. No era buena.- ¿Qué?-
-Dije 15 minutos no media hora, Jane.-
-¿Eso? -Jane suspiró, de alivio.- Ay, mamá, me asusté. Pensé que había hecho algo...bueno, ¿vamos?-
-Durante toda la semana que sabias que nos ibamos no te vi tan entusiasmada como en este último segundo, ¿algo en especial?- Su padre lo dijo bien, como si se hubiera olvidado de su enojo por completo. Pero eso era justo lo que Jane hacía, algo "bueno" para no tener que escuchar el reto de sus padres sobre alguna cosa, no lo soportaba. A parte, luego de pensarlo bien, se dio cuenta que un mes sin saber nada de su vida en Estados Unidos tal vez sería como un mes de terapia. Olvidarse de todo. Esto a la vez la decepcionaba, porque luego del alivio volvía la tristeza, volvía la escuela.
-Ya saben, hoy es un dia de paz y felicidad, ¿o no?- Sonrió, falsamente.- ¿Nos podemos ir?- Sus dos padres se miraron entre sí y luego comenzaron, todos, a caminar hacia la puerta. Y de ahí, tomaron un taxi rumbo al aeropuerto.
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-Un libro. Jane leyendo un libro, Jorge. ¿Desde cuando este cambio?- Amy en serio parecía sorprendida.
-Mamá, basta, no es ningún "cambio". Es un libro. Fin de la historia.- Amy rió, Jane no supo bien por qué, pero su papá rió también.-
-Bueno, disculpame...no te veo leer desde que tienes 6, 7 años. Es como si hubieras reemplazado los libros por tu celular.- Amy seguía sonriendo. Todos se encontraban en el taxi. Faltaba muy poco para llegar al aeropuerto y esto ponía más nervios en Jane. Odiaba los aviones, la pasaba sinceramente mal.
-¿Cuanto falta?-
-Si mis calculos no fallan como unos...tres, dos..No fallaron. Llegamos.- Jane despegó su atención de su padre y la puso en su alrededor. Estaba tan asustada por el avión y todo su pánico que no había notado que estaban ya en el aeropuerto. Su corazón empezó a acelerarse.
-Cambié de opinión, ¿podemos volver a casa?- Sus padres rieron.-
-Thanks, sir.-Jorge le pagó al taxista y se volvió hacia su hija.- Vamos.
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Fueron unas largas horas de sufrimiento hasta Londres en avión. Jane no pudo dormir en todo el viaje y se encontraba muy cansada y más fastidiosa de lo normal. Tenían, en promedio, casi dos horas para llegar a New Forest y luego fingir una sonrisa. Pensó en lo paciente que iba a tener que ser con sus "familiares" de acuerdo con el idioma. Para aclarar, ella y sus papás eran de habla española pero vivían en Estados Unidos porque su abuela materna era de allí. Ya desde hace unos años que decidieron quedarse con su abuela para cuidarla porque se encontraba sola y deprimida después del fallecimiento de su marido, el abuelo de Jane. Entonces, ella sabía inglés muy bien, pero nunca tanto como el español. Su familia de New Forest era inglesa y pasaba al revés que con ella, sabían español pero no tanto como inglés, al menos eso le había dicho su padre.
-Tengo hambre, mamá.-
-Ya llegamos a la casa, espera un poco.-
-¿Y eso me sirve para..?.- Su mamá hizo un gesto de "no entendí nada de lo que dijiste".- Voy a llegar a la casa de mis familiares no conocidos y les voy a decir "Hola, tengo mucha hambre, no dormí, apenas comí y lo que comí en el avión prácticamente lo vomité luego, entonces, un gusto, ¿qué me ofrecen para comer?". No, gracias, creo que no tengo esa confianza.- Hizo una muy pequeña pausa.- A parte, lo probable es que no me entiendan y solo me sonrían y ahí voy a tener que empezar con las señas. No, las señas, eso si me haría ver un poco ridícula...pensarían que soy rara, eso no te gustaria, ¿o si?...¿mamá? no lo creo.-El revoleo de ojos esta vez lo hizo Amy.- O peor aún, voy a llegar muerta de hambre, con pánico y temblor en mi organismo -Su madre la miró, con las cejas funcidas.- Si, temblando todavía por el avión y sin comer, ni dormir, y van a pensar mal. Sería algo como..."Oh, Amy, don't you..comer..to your...hija...?-
-Bueno, basta. Suficiente.- Amy buscó en su bolso algo que calmara las aguas, en especial ese momento no era adecuado para pelearse.-Toma, es lo que encontré, si te gusta bien y si no, también.- Amy le alcanzó unas gomitas. Ya no sabía qué hacer para que su relación con Jane cambiara un poco, esperaba que este viaje la ayude en un 50%, pero empezaba a dudar. Jane tomó el dulce sin siquiera decir gracias, aunque nadie lo notó.
-Qué hermoso...El paisaje es increíble.-
-En verdad que si, Amy. Se siente como si el oxígeno del aire hubiese aunmentado tres veces más.-
-Si, es tan puro..-
-Ay, que les pasa- interrumpió secamente Jane poniendo su gesto de "asco".
-Puedo adivinar que también estabas pensando en lo lindo que el paisaje es, Jane. Pero no lo vas a admitir.- Su padre sonrió.-
-Eh..no.-Jane seguía con el mismo gesto, mirando por la ventana.
-Lo que dije...-
El auto se detuvo. Los padres de Jane comenzaban a sonreír y ella solo pensaba que este era el momento donde tenía que fingir la misma sonrisa, y decidió que no lo iba a hacer. Aunque, sin darse cuenta, algo por fin la había hecho sonreír pura y sinceramente, algo bobo y para nada importante pero inevitable: el taxista inglés y su extraño acento hablando español.-
-Llegamos personas-
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Te volveré a ver
Teen FictionJane Adams es una adolescente particular, con sufrimientos jamas contados y una rebeldía como consecuencia de dolor. Gran gran parte de su vida cambiará cuando conoce a Allen, un chico totalmente diferente a ella pero el cual los dos juntos pueden l...