Jane tocó como tres veces a la puerta pero no porque no haya respuesta sino porque la felicidad le sobresalía de sí misma. Quería tanto ver a Allen que por momentos no lo creía del todo verdad. Pensó en qué le iba a decir primero, si que lo extrañaba, algún chiste, no sabía...solo quería verlo y ese minuto que le costó a Allen para abrirle la puerta a Jane le parecieron años. Pero al final de que esos falsos años pasaron, ahí se encontraba Allen sano y salvo, con el mismo aspecto que antes y...en bata.-
-¿Que haces en bata y mojado?.- Jane rió, no tanto por él sino porque no pensó que eso era lo primero que iba a decirle.-
-Tenía que bañarme, no podía simplemente salir como estaba...largos días de depresión Jane.- Sonrió.-
-Bueno, ¿sabes? No me importa.- Luego de decir esto Jane se abalanzó contra Allen con la intención de abrazarlo aunque al principio no pareciera. No le importó ni que estaba mojado ni que estaba en bata...aunque para tranquilizar al público: estaba vestido en la parte de abajo (la bata no era una grande así que llevaba bermudas). Lo gracioso fue que a Allen le tomó pocos segundos en reaccionar sobre la acción de Jane y cuando lo hizo, disfrutó el momento como ella, hasta la alzó un poco del suelo.-
-¿Vamos a quedarnos aquí afuera?.- Preguntó primero él sonriendo en el hombro.-
-En cualquier lugar está bien por mi.-
-Genial entonces.- Allen, con Jane en sus brazos y despegada del piso, cerró la puerta y la entró a su casa, junto a él también. Esta emitió un sonido de sorpresa mientras no paraba de reírse.- Come, que no pesas nada.- Jane frunció las cejas. Aunque muchas veces no entendía de donde salían, amaba esos raros comentarios de Allen.- ¿Esperas que me cambio?
-Mm...creo que mejor me voy.- Jane le sonrió mientras veía cómo Allen se acercaba a ella y seriamente a los ojos le decía:
-No, por favor.- Y Jane moría de amor. No pudo evitar lo lindo que se veía en ese momento y cómo la había sujetado...y como simplemente era Allen.- No busques orgullo en mi, busca a mi primo para eso.- Allen estaba por irse cuando Jane lo abrazó de nuevo por atrás, pero esta vez fue más corto. Nunca pensó que se iba a quedar sin voz cuando luego de que lo abrazara, Allen se dio vuelta y le dejó un dulce, aunque rápido, beso en la mejilla. Jane recordó su sueño y trató de desviar aquella situación.-
-Bueno, ve. No voy a irme a ningún lado.-
-Genial. ¿Comemos helado después?.- Jane volvió a sonreír pero mirando una vieja foto de Allen cuando era pequeño.-
-Me lees la mente.- Y Allen se fue a cambiar.
El encontrar un buen lugar para ir a tomar un helado parecía ser difícil para Jane, aunque especialmente para Allen. Él se la pasaba diciendo que quería llevarla a un lugar aunque sea "medianamente bueno" porque hace mucho (aunque cuatro días sean pocos) no se veían. Jane le respondía que todos los lugares a donde habían ido eran parecidos porque eran heladerías, pero Allen insistía.
Finalmente encontraron uno en donde tal vez la calidad de helado no era la mejor, pero el ambiente era muy cálido y lindo, y aparte era español. Jane nunca antes se hubiera imaginado que existiría un lugar así "español" pero le caía muy bien.
Estaban sentados en una mesa a mitad de pared donde al costado tenían una ventana que daba a un lindo jardín. Era hermoso, pensó Jane...era hermoso estar así con Allen de nuevo.
-Me preocupaste mucho hoy.- Jane lo dijo tranquila y seria porque era la más pura verdad. Allen, que ya comenzaba a tomar la carta para elegir qué comer, la miró y sonrió.
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Te volveré a ver
Teen FictionJane Adams es una adolescente particular, con sufrimientos jamas contados y una rebeldía como consecuencia de dolor. Gran gran parte de su vida cambiará cuando conoce a Allen, un chico totalmente diferente a ella pero el cual los dos juntos pueden l...