Capítulo 12

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  Jane se despertó normal. Miró el reloj que marcaban las doce del mediodía y lo tomó con calma; se levantó de su cama, se dirigió al baño y cuando salió, volvió a su dormitorio a cambiarse...si algo no le gustaba era no poder quedarse en pijama cuanto ella quería, pero no se encontraba todavía con tal confianza en la casa como para hacerlo.

   Cuando comenzó a bajar las escaleras unas voces, más bien risas, la tuvieron muy concentrada...conocía los dos sonidos, de dos personas diferentes pero la sorpresa era mucha. Una de esas personas era su mamá y la otra... ¿Melany?, ¿Su tío?...

-¿Allen?.-

-Hola Jane. Allen vino hace un rato cuando tu estabas durmiendo, pero supuse que no faltaba mucho para que te despertaras así que le dije que se quedara un rato.- Su madre parecía contenta. Jane asintió tratando de repensar cómo se había visto por ultima vez en el espejo del baño, si estaba bien...presentable.-

-Hola.- Allen se levantó de la silla en donde estaba sentado en la cocina y se acercó a saludar a Jane. Ella le sonrió.-

-Vaya sorpresa.- Mientras Jane decía esto pensaba en todas las veces que Allen la sorprendía. Le encantaba. Le encantaba las veces que Allen la sorprendía, para aclarar.- ¿Qué haces por aquí?.-

-Bueno, en principio quería llevarte a comer, y me alegró saber que estabas durmiendo y no almorzando cuando llegué.- Sonrió.- Luego iremos a Roselie que por cierto es un rosedal y me vino genial saber que te encantan las flores también.- Se volvió hacia la mamá de Jane.- Gracias por la información.-

-Salida extraña.- Sonrió y alzó sus brazos.- Me encanta.-


   A Jane le costó creer que Allen se había ganado a su mamá tan bien...osea, sabía que era Allen, el encantador Allen, pero su mamá hace pocos días no quería ni que se vieran. Al parecer solo era que no lo conocía, porque al fin y al cabo, era imposible no querer a Allen si lo conocías de verdad. Entonces, que su mamá le haya prestado el auto para su salida era algo genial y sorprendente.

-En serio, hay veces que no se cómo lo haces. Las personas no pueden odiarte, es así. Caes bien.- Allen, que ya estaba sonriendo desde hace rato, frunció sus cejas y giró su cabeza solo unos segundos para mirar a Jane que estaba sentada a su lado en el asiento de acompañante del auto.-

-No a todos les caigo bien; Melany y sus "amigos"...-

-Pero ellos no cuentan, no importan.-

-Importaron mucho en una etapa de mi vida.- Esta vez fue Jane la que lo miró.-

-¿Te hicieron algo?.-

-Qué no me hicieron.- Jane pudo notar una pequeña risa que iba desapareciendo al instante que se creó.- Pero prefiero no hablar de eso justo ahora, ¿si? Quiero disfrutar todos los días contigo, que me haces bien.- Jane quería abrazarlo. De nuevo quería abrazarlo.-

-Tu también me haces bien.- Tragó saliva. Algo en ella se ponía nerviosa cuando tenía que decir estas típicas cosas que pueden ser perfectamente de amigos cuando se trataba de Allen, pero aún así la incomodaba.- Bueno, ¿y dónde vamos a comer?.-

-Ya casi llegamos...- Jane miró al rededor.-

-¿Pero cuánto falta? ¿Seguro hay un algún lugar de comidas aquí?.- Allen volvió a sonreir.-

-Claro que sí. Y aquí es.- Jane miró a su alrededor y no vio nada. Es decir, vio algo sí pero nada a lo que se esperaba...solo habían árboles, muchos arboles con pasto y flores...pájaros cantando (parecía una película) y mucho oxígeno, que eso no veía pero sí sentía. Era hermoso.- Es la quinta de mis tíos, se las pedí prestada por hoy. Y, dear Jany (*querida Jany*), yo seré tu chef personal.-

Te volveré a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora