Éxodo De Lobos

Capítulo 2 (Página 7)

Una vez hubieron subido sobre la plataforma, Kite comprobó con enfado que era imposible calcular con exactitud los complejos movimientos en línea recta, en zigzag y ondulantes que aquella plataforma describía, por momentos con sutil delicadeza y por otros a una velocidad que lo sobrecogía. Ya casi extrañaba estar siendo castigado desde la tranquilidad de su celda.

Luego de un tiempo que se le hizo eterno, la situación cambió repentinamente. La plataforma comenzó a dar vueltas en círculos, como si se sintiera insegura acerca del camino a seguir. "¿Intenta confundirme? Pues ya lo logró"

-¿Hacia donde vamos?- preguntó Kite, con un dejo de inocencia en su voz.

-Ya lo verás- respondió el Guardián ubicado a su izquierda- Y cuando lo veas, desearás jamás habérmelo preguntado.

Kite ya no era precisamente un niño para dejarse amedrentar tan fácilmente, pero por un instante, el miedo a lo desconocido afloró en él.

El recorrido parecía interminable. Y obviamente descartada cualquier amabilidad en las respuestas de los Guardianes, todo lo que podía hacer Kite era pensar. Tenía tantas cosas en las que hacerlo...

Permitió que su mente divague libremente, pensando una y otra vez una forma de escapar de aquellos hombres. Dejó que los millones de circuitos internos que se encontraban en su cerebro se integraran entre sí. Su actividad mental siempre había sido su fortaleza y la fuerza bruta, su talón de Aquiles. Se sentía cómodo cuando pensaba, y le encantaba encontrar la solución a algún desafío intelectual. Lo hacía sentirse útil y seguro de sí mismo.

Este último desafío que se le presentaba parecía estar un escalón por encima de su capacidad. Arrojarse desde una altura que no conocía era una solución vaga a su problema. Intentar golpear a los Guardianes era un riesgo demasiado inútil para malgastar energías.

Pero no se iba a rendir. Su obstinación nunca le había fallado. Solo él controlaba el fluir de sus pensamientos.

O eso creía.