¿Solamente amigos? [[Syo y tú]]

Capítulo 1: "La sala de castigos"

(t/n)= tu nombre.
(t/a)= tu apellido.
**** = nombre que (t/n) no puede recordar.

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-(t/n), tu me...¡tu me gustas! -me dijo aquel guapo chico de ojos azules, mientras me ofrecía un pequeño ramito de flores.

-****... -le respondí sorprendida levantandome del cesped- ¿De verdad me quieres? tú sabes que mi familia y yo nos iremos de este país pronto.

-Lo sé... -dijo él bastante desanimado- pero al menos quería decirtelo una vez.

-Ya veo -le respondí un poco sonrojada- te prometo que cuando vuelva podré tocar el violín contigo, me gustaría hacerlo tan bien como tú.

-Jaja aún me queda aprender -me contestó el niño- apenas tenemos nueve años... necesito práctica.

-Si, es verdad -le contesté con una sonrisa.

-Por cierto ¿Tú también me quieres a mi? -me preguntó aquel muchacho.

-S-Si -le respondí muy tímidamente. Lo cual provocó un ligero rubor en sus mejillitas.

-E-Entonces... -prosiguió él colocando su dedo índice sobre mis labios con suavidad- me gustaría que no dejaras que nadie te bese hasta que vuelvas aquí, porque me gustaría ser el primero que lo haga.

-¡**** kun! -exclamé totalmente sonrojada.

-Es broma, boba, no podría estar hablando en serio -me contestó él tartamudeando.

-Tan pesado que eres -le dije acercandome a él y besando su mejilla- ya debo irme, adiós.

-A-Adiós -se despidió él un poco triste.

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Ya al despertar de ese acostumbrado sueño que tengo cada semana, me levanté de la cama y me arreglé para ir hacia la escuela.

Hace mucho tiempo recuerdo haber conocido a un muchacho, pero no recuerdo su nombre. Según mamá siempre jugabamos en el parque y nos divertiamos el uno con el otro.

Han pasado siete años desde que tuve que viajar al extranjero. Fue exactamente a mis 16 años cuando volví a Japón y me comenzó a gustar un chico de cabello naranja y muy corto, extremadamente alto y de buenas proporciones.

Con el paso de ese año me di cuenta que él sentía lo mismo por mi y comenzamos a salir a pesar de ir a diferentes escuelas, su nombre era Daichi Tachibana.

En fin, mi novio es el hijo del director de su escuela, por lo que me invitó a su establecimiento con una gran beca.
Al principio la idea no me pareció, me gustaba mi vieja escuela, pero él me suplicó tanto que me vi obligada a aceptar a cambiarme de colegio.

Exactamente eso fue lo que ocurrió en este tiempo, ahora después de un año, ingresé a la escuela del padre de mi novio.

Era mi primer día, me encontraba caminando hacia la escuela totalmente sola como solía pasarme. No soy muy buena para hacer amigos, así que siempre pasaba mi tiempo a solas, o con una que otra amiga conocida de por ahí.

Suelo ser bastante tímida al principio, pero si me empiezan a conocer se darán cuenta que soy más menos buena para hablar.

¿Pasatiempos? no tengo muchos, pero gusta cantar y tocar el violín. La sensación de producir esos cálidos sonidos me parece bastante hermosa la verdad, pero nunca tengo el tiempo de compartirlo con los demás a excepción de Daichi kun.

-Hola, (t/n) -me saludó Daichi con una sonrisa, besando mi mejilla- ¿Cómo andas?

-Bien -le respondí tímidamente mirando hacia abajo, mientras caminaba con mis libros en las manos.