¿Solamente amigos? [[Syo y tú]]

Capítulo 15: "Día de estudio"

Al día siguiente, después de la escuela me dirigí a mi casa para luego recibir a mis dos "invitados" a estudiar. Lo único que pido es que no se pongan a pelear en mi casa, aunque vivo sola no creo que afecten sus gritos. Al menos a mí, aunque a los vecinos probablemente no les agrade la idea...

En fin, la tarde se me hizo muy corta, pues me puse a limpiar como loca la casa y me cansé muy rápido, aún me quedaba limpiar los muebles y cosas más pequeñas.

Para limpiar, me había puesto una ropa muy pero muy vieja. Me amarré el cabello en una coleta [[si tienes el cabello corto, pues te colocaste una pinza bonita para afirmarlo :v xD]] y un delantal de cocina con el diseño de Piyo chan. Cuando de pronto alguien tocó el timbre y me vi obligada a abrir la puerta.

-H-Hola, Syo -saludé mirando al rubio. Se veía bastante bien, tenía uno de sus típicos sombreros en la cabeza [[Multimedia *-*]], una polera totalmente negra y unos pantalones blancos que hacían resaltar su delgada figura.

-Hola, (t/n) chan -me saludó con una sonrisa, provocando que me pusiera un poco nerviosa. Me hacía feliz tenerlo de visita en mi casa.

-Pasa -dije abriendo la reja y la puerta, haciendolo pasar.

-Wow esta muy limpia y huele bien -dijo Syo refiriendose a mi casa, para de repente voltearse a verme en esa ridícula facha en la que me encontraba- Estabas limpiando ¿verdad?

-¿Tanto se me nota? -le pregunté, pero él en lugar de responder sacó un pañuelo de su bolsillo y se acercó a mi rostro, empezando a limpiarlo- O-Oye, Syo chan -le dije muy sonrojada.

-Tenías un poco de polvo en la cara -me dijo con una sonrisa- ¿Necesitas ayuda o ya terminaste?

-Me queda mover un par de cajas con basura al patio -le dije- no es muy divertido que digamos...

-Vives sola ¿verdad? -me preguntó acercandose a la caja y levantandola con dificultad- no tienes a alguien que te ayude así que...

-No te preocupes -dije acercandome a la otra caja y tratando de levantarla, sin resultados- bu... soy muy débil.

-Delicada -me corrigió Syo, acercandose a esa caja. Qué rapidez más grande.

-M...Mu... -dije muy tímidamente sin dejar salir esas dos palabras de mi boca.

-¿Te crees vaca, (t/n)? -bromeó Syo entre risitas.

-¡N-N-No! m...muchas gracias -dije en voz baja.

-No hay problema -me contestó con una sonrisa.

-Toma asiento -le dije con una sonrisa,
dejando mis llaves sobre la mesita de centro- voy a tomar una ducha y vuelvo. Si Daichi llega porfavor abrele la puerta.

-¿Qué llave es? -preguntó Syo mirando mi llavero, mientras se sentaba.

-Es la azul -le contesté- estoy lista en cinco minutos.

Al decir eso, me dirigí al segundo piso y me di la ducha más rápida de toda mi vida. Para luego arreglarme con una polera rosa con unos pantalones blancos, mientras dejaba mi cabello suelto y un poco húmedo.

-Estoy lista -dije, mientras bajaba las escaleras y me topaba con Syo y Daichi sentados en el sillón muy separados entre ellos, mientras se lanzaban rayos laser con la mirada- Hola, Daichi.

-Hola, princesa -me saludó con una sonrisa repentina- Tengo buenas noticias.

-¿Qué noticias? -le pregunté con curiosidad.

-Mi padre me regaló un auto -me contó Daichi- mañana te lo mostraré, aún no lo he usado. Lo tengo estacionado en la esquina de mi casa.

-Eso es genial -comenté- claro claro.