Capítulo 10: "El cuchillo"

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Un par de semanas después, me encontré con Ai chan en el pasillo. Nos quedamos mirando unos ligeros segundos, hasta que él habló.

-Hola -dijo con fríaldad.

-Hola, Ai chan -le saludé con alegría- ¿Cómo estas?

-Bien -respondió él y se fue. Vaya, es la conversación más larga e interesante que he tenido con él...

Caminé por los pasillos, hasta que me topé con una sala que nunca había visto abierta, al fondo de la sala había una muñeca muy bonita. Tenía los ojos azules y el cabello café claro. Una preciosa muñeca sin duda.

Al entrar a la sala para verla más de cerca, sentí que alguien me empujó, haciendome quedar en el suelo.

-¿Eh? -pregunté volteándome y observando a Akemi. Tsk... no puede ser. Esto fue una trampa.

-Tanto tiempo sin hablar -me sonrió ella falsamente- me enteré que tú también quieres el papel de Blanca nieves en la obra.

-¿Q-Qué hay con eso? -le pregunté tratando de salir de la sala, pero ella no dejaba de bloquear el camino de la puerta con su maldita presencia.

-Pues me enteré que ganaste... -dijo ella, sorprendiendome totalmente.

-Oh es cierto, hoy daban los resultados -dije nerviosa tratando de escapar.

-Sería una pena que a la actriz principal le ocurriera algo ¿no es así? -me preguntó ella acercandose más a mí.

-¿Qué quieres decir? -le pregunté retrocediendo a medida que ella se acercaba.

-Nada... nada bueno realmente -me dijo ella sacando un cuchillo carnicero de su bolsillo, provocando que comenzara a entrar en pánico en mi mente.

-¡Alejate! -le grité colocando una silla frente a mí como escudo- ¡Ni se te ocurra avanzar o te lanzo la silla! ¡Soy capaz!

-¿Crees que algo como eso va a detenerme? -me preguntó ella enterrando el cuchillo carnicero en la silla, rompiendola fácilmente.

-¡Ayuda! -exclamé corriendo por todos los lados que podía en el salón- ¡Ayuda! ¡Alguien salveme de esta tipa!

-Serás idiota... -dijo ella con una sonrisa psicópata- tú me quitaste a mi amado Daichi desde el inicio. Ahora vas a pagar, maldita. Quien va a besarlo en la obra voy a ser yo.

Al decir esas palabras ella comenzó a arrinconarme, provocando que comenzara a llorar. No sabía que hacer y no tenía escapatoria.

Aunque aún tenía una mínima esperanza, comencé a gritar sin saber que otra acción realizar.

-¡Daichi! ¡Daichi! ¡Daichi! -empecé a gritar, provocando una sorpresa en Akemi- ¡Daichi!

-¿De verdad que tienes fe? -me preguntó ella levantando el cuchillo para enterrarmelo.

Akemi empezó a bajar el cuchillo en dirección hacía mí. Mi última y esperanzada opción, fue gritar "Syo" y claramente lo hice. Cerré los ojos con fuerza y no sentí nada de nada.

Me pareció bastante curioso, pero aún tenía mucho miedo como para abrirlos.

-No vuelvas a hacer este tipo de bobadas -escuché de manera muy cercana. De inmediato reconocí esa voz tan peculiar, que nadie más tiene.

-Syo... -dije abriendo los ojos, viendo al rubio. Él cuál se encontraba frente a mí, afirmando el cuchillo desde el lado con filo con su mano derecha, claramente con ésta totalmente llena de sangre.

Podía ver fácilmente la sangre de la mano de Syo gotear en el suelo. Eso me asustó muchísimo, pues al estar frente a mí, no pude observar su rostro al sujetar el cuchillo por el lado con filo, pero de seguro fue una expresión llena de dolor.

¿Solamente amigos? [[Syo y tú]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora