Jane Walker
Me senté a un lado de su cama. Observándolo tranquilamente. Me sentía bien. Y vi aquellos labios pequeños, resecos, probablemente por falta de agua. Su cara tenía rasguños por doquier, estaba rasposa y tenía aun un poco de costras en la cara. Sonreí. Se me ocurrió acercarme a su rostro, sin antes ver si alguien no estaba afuera. Acercándome sentí suavemente su calor, y aun que nunca de las veces que había estado cerca de él sentí calor en su cuerpo, esta vez lo sentí. Era distinto. Apreté su mano, le quité el respirador. Y lo besé. No me importó que él no sintiera nada, o que solo yo sintiera sus labios. Él no estaba aquí precisamente, él estaba durmiendo... Demasiado tiempo. Me asusté al ver a la madre de Logan observándome confundida. Tragué saliva y me separé de su hijo.
— Yo...—le murmuré avergonzada. — No hay problema, no pasó nada aquí, tranquila. —Me interrumpió.
— Él estaba enamorado de ti, Jane. —me confesó mientras se acercaba a su hijo. Le acarició la mejilla con los nudillos y sonrió.
Me quedé plasmada. Ni yo misma creía lo que había hecho. ¡Él estaba enamorado y su madre lo sabía!
— ¿Yo le gusto?... —le pregunte sin creerlo.
— Le gustas más que la pizza—bromeó. — Y créeme que ama la pizza.
Me reí como una tonta. Y le sonreí. Estaba nerviosa e impactada por lo que su propia madre me había dicho. Me despedí de ella y de Logan también. A ambos le di un beso en la mejilla. Cuando estaba a punto de irme la maquina comenzó a emitir un sonido extraño y los doctores no tardaron en llegar. Un doctor dijo que todo indicaba un paro cardiaco. Los doctores comenzaron a moverse de un lugar a otro. La madre de Lerman gritó con miedo, y nos sacaron a ambas de la habitación. Me sentí peor de lo normal. Él iba a morir por mi culpa. Me senté en el sofá de la sala de espera, y pensé en las posibilidades de ver a Logan en un ataúd. Las lágrimas salieron sin problema y mi mejilla ardía horrible. Hundí mi cabeza en mis rodillas y me eché a llorar.
Después de unos minutos me levanté del sofá y salí del hospital. Conduje hasta casa de David. Él tenía que saber sobre Lerman, ni siquiera se había dignado a visitarlo. Ni siquiera sintió lastima por él, y... Todo era nuestra culpa. Aceleré con ira. Tenía que ver a David y decírselo en su cara. Él también debería tener la maldita culpa en la cabeza como la tenía yo. O no sería justo. Al cabo de varios minutos al fin llegué a su casa. Me bajé de la motocicleta y toqué su maldito timbre. Esperé y esperé pero nadie salió. Toqué con más nervios el timbre y al fin salió David.
— ¿Qué haces aquí? —cuestionó con un cigarro en la mano.
— Lerman se está muriendo. ¿Lo has ido a visitar tan solo una vez? —le pregunté furiosa, levanté mi mano y continué: — Cállate, esta es la culpa de ambos, eso lo sé... Tan solo deja de fumar, ve a visitarlo.
— Lo sé, Jane. Debería visitarlo pero no es mi amigo, ya todo terminó, ¿bien? Hay cosas que no sabes sobre mí y lo que hago. Déjame en paz, Lerman estará bien.
— Sé que no se nada sobre ti, David. Fue tu amigo, y ¿no te has dignado a visitarlo y pedirle una disculpa? —lo encaré.
Se echó el cigarro a la boca y después lo tiró al suelo.
— ¡No! ¡No! ¡No, he ido si quiera a visitarlo! ¿Quieres que lo vea ahí en esa maldita cama, muriéndose? ¡Es nuestra culpa, lo sé! —gritó.
— ¿Sabes qué? ¡Vete a la mierda, David! —lo miré y subí a mi motocicleta.
***
Después de unos cuantos días más, no me acerqué a Lerman, tenía miedo. Mamá no me dijo nada desde aquel día, y supongo que Lisa, la madre de Logan le había dicho sobre el beso a mi mamá. Y ella se enojó. No entendí nada, pero supongo que es eso. Estaba caminando a dirección desconocida, quería un poco de aire. Tenía ya tiempo que no hacia esto, tomar un poco de tiempo para mí misma y pensar. El corazón se me hizo pequeño cuando pensé en aquel beso y cuando estaba Lerman al borde de la muerte. Nunca antes había estado tan asustada. Ni siquiera por la muerte de papá, puesto que, yo era demasiado pequeña para entenderlo. Al mismo instante recordé a Lerman tirado en esa cama y mis labios rogando por un beso más. Capté eso en una fotografía mental, y la coleccioné. Pero también vi las fotografías de Ryan y yo, haciendo lo mismo. Y tan solo cerré los ojos implorando olvidar.
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Un error: Un sacrificio.
RomanceLogan Lerman es un adolescente que cree que por el simple hecho de ser popular y tener un físico extraordinario debe pisotear a los demás e incluso que las chicas estén comiendo de la palma de su mano. Y odia tener que sentir deseo por una chica sen...