Logan Lerman
Aquella chica estaba besándome, cuando abrí los ojos la miré helado. No sabía quién demonios era, y que carajo hacía besándome. Sus ojos café oscuro se toparon con los míos y los abrió como platos. Le sonreí, aún en el beso pero no la conocía. Ella asomó su cabeza por la puerta y gritó; ¡Un médico, por favor! ¡Un médico! No entendí nada, hasta que vi donde estaba. En una habitación completamente blanca.
Los doctores me revisaron de pies a cabeza. Chequeo del corazón, la garganta, la vista, y otras cuantas cosas. Le di un vistazo a mis piernas, las cuales estaban colgando alto, estaban enyesadas. Me reí divertido. « ¿Qué carajo me pasó? ». Daba igual, me sentía agotado pero bien. Supuse que llevaba tiempo aquí. No recordaba nada, ni siquiera el motivo del porque terminé aquí. Suspiré al ver a los médicos dando breves vistazos a los aparatos y a mí. Parecían impactados, nerviosos y entonces le pregunté a uno de ellos.
- ¿Qué sucede? ¿Soy un fenómeno o algo? -alcé las cejas.
-Tienes suerte muchacho. Estábamos a unos escasos días para desconectarte de esa máquina-dijo señalándome la maquina con la mirada, metió sus manos en la bolsa de su bata y continuó: - Tú madre estaba de acuerdo, tu padre también. Sin embargo, estás aquí. Aunque eso sí, debes cuidarte más a menudo, no drogas, no alcohol y no radio encendida a un alto volumen. Vamos a hacerte unas preguntas para ver que tal estás, ¿bien?
Se marchó. Observé cuidadosamente el lugar en donde estaba. Cortinas azules que dividen la habitación, lámparas completamente blancas y lo que me daba gracia era como mis pies colgaban de esa cosa. Después de unos minutos llegó una señora, cuyo aspecto me hacía sentir bien, cabello castaño con un par de pelos grises, de mediana estatura y su rostro se mostraba muy decaído, triste y del otro lado estaba un señor, con un poco de barba que le crecía, y ojeras horribles. La señora se echó a llorar enfrente de mí.
-Al fin sé que estas bien, Logan-chilló y me besó la mejilla.
- ¿Quién eres?- le pregunté nervioso. No quería hacer sentir mal a esa señora, probablemente por mi pregunta estúpida.
- Soy tu madre, él es Larry, tú padre. ¿No nos recuerdas? -dijo esperanzada en lo que yo iba a responder. Pero le rompí el corazón al negar con la cabeza.
Ella miró a Larry y por instante me sentí muy mal. Solo les di una breve sonrisa, despreocupada pero nerviosa. Todo estaba confuso, por un instante quise preguntar quién era la chica que estaba plantada encima de mí, besándome. ¿Mi novia? ¿Una tonta enfermera? ¿Una amiga? Como fuese, estaba con la duda nada más. Pensé en por que el doctor me advirtió sobre no alcohol, no drogas. Y bueno fue obvio. Era un drogadicto y alcohólico. Me sentí culpable, porque aunque no recordara absolutamente nada, me dolía el hecho de ver a mi madre llorando, y pensé, "¿Cuántos días estuvo así? ¿Cuántos? Y todos fueron tu culpa, niño". Mi actitud ahora la sentía como la de un niño, irresponsable, desaliñado y sin pensar en las consecuencias de sus travesuras. Claro, sin hacer sentir mal a su madre.
Horas después mamá me trajo un poco de comida. La verdad es que ni siquiera tenía hambre, me sentía fatal y estúpido. No tenía idea de mi vida, de qué edad tenía, ni si tenía amigos o no. La muchedumbre de pensamientos retumbaba en mi cabeza, no tenía idea de nada. Enserio. De nada.
***
Semanas después volví a mi casa, no podía moverme con demasiada rapidez, pero hacia lo posible. Tenía ya tiempo que me habían quitado el yeso de los pies y tobillos. Las manos no estaban fracturadas. Solo fue un tremendo golpe en la cabeza, que bueno, me hizo perder la maldita memoria. Mis costillas también habían resultado afectadas, estaban rotas, sin embargo, yo estuve en coma alrededor de un mes. Sanaron por si solas. Y me siento afortunado de haber despertado antes de que terminaran con mi jodida vida. Desde entonces hay algo que no deja de pasarme por la cabeza. Esa chica, la chica que estaba en mi habitación el día que yo desperté. Recuerdo haber hablado con ella antes, recuerdo a esa chica apretándome la mano con ternura. ¿Pero quién era? No podía recordar nada, absolutamente nada de mí, excepto eso, lo recordaba, aunque no muy bien.

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Un error: Un sacrificio.
RomanceLogan Lerman es un adolescente que cree que por el simple hecho de ser popular y tener un físico extraordinario debe pisotear a los demás e incluso que las chicas estén comiendo de la palma de su mano. Y odia tener que sentir deseo por una chica sen...