Emy sufría, sufría como nadie. El hecho de haber perdido al ser que amaba la sumergió en una profunda depresión. Ella debía ser fuerte, él se lo pidió en su carta y ahora cada noche se lo encontraba en sueños. Lo recordaba, no dejaba de tenerlo en la mente. La vida continuaba y el tiempo pasaba lentamente para ella, se sentía incompleta, el mundo le estorbaba, ya nada tenía color, su carrera se desmoronaba lentamente, no comía, no leía ya no quería vivir.
Le prometió en su tumba que no amaría a nadie más, así él no estuviera con ella; era el hombre a que ella amaría por siempre. Si la vida no quiso que estuvieran juntos, debía de aceptarlo pero ella no quería. Ahora en la depresión en la que estaba, se culpaba de la muerte de Andrés. Si ella le hubiera contado todo, todo el amor que ella tenía hacía él, tal vez no hubiera pasado esto.
'Estaré condenada a su recuerdo' Emy siempre pensaba "Los humanos necesitan de otros para ser feliz" y la vida se lo enseñó de la peor manera. El deseo de haber querido probar los labios de Andrés la atormentaban, esa necesidad de querer tenerlo y no poder, la torturaban.
~Emy en sueños~
_Andrés... ¿¡Andrés!?...-Lo veía parado dándole la espalda, ella confundida trataba de acercarse y él se alejaba-... ¿Andrés?
_Emy, ya...-aún sin mirarla-... Ya debo partir Emy, déjame partir. He estado atado a este mundo por ti, te he acompañado desde que morí. Emy, debo pagar por mis pecados, déjame partir.
_Eh...-Lo mira con ojos de desesperación, no quería dejarlo partir-... No me dejes, ¡No me dejes!
_Adiós Emy, se fuerte, retoma tu vida, esa vida que tanto te costó lograr porque...-Empieza a alejarse-... No soy digno de que tires todo a la basura por mí, ¡No lo merezco!Emy despierta. Se sintió extraña, ya que era el primer sueño doloroso después de tantos hermosos que tuvo con él. No dudó en llorar, aún sentía ese dolor que sintió al verlo muerto. Aunque ya habían pasado cuatro años, cuatros dolorosos años donde la culpa y el dolor la estaban matando lentamente, esa fuerte Emy se encontraba muy lejos y ahora lo único qie podía darle al mundo era nada. La nada, algo insignificante y a la vez tan grande, cualquiera pudiera haber superado algo así, pero en el caso de Emy la culpa, era el Karma que no la dejaba. A donde ella miraba le recordaba a Andrés. La foto, sus últimas cartas, su chaqueta, el parque, aquella silla, todo.
Andrés desde que había muerto, nunca se apartó del lado de Emy. Nunca la dejó sola. Pero ya era hora de que su alma descansara. Aunque lo dudaba, él mismo se condenó al suicidarse. El suicidio ‹el camino de los cobardes› eso dice la gente, pero acabar con la propia vida de uno ¿Es un acto de valor? Se dice que cuando alguien acaba con su vida, era un cobarde pero ¿Será cierto?, encontrarse a sí mismo a punto de matarse ¿Es de cobardes?
Andrés, un chico frío, de pocas palabras, creía que el amor era la fuente de la felicidad, que estar con el alma gemela era lo mejor que podían experimentar los seres humanos. Pero Andrés al igual que Emy, tenían puntos de vista muy diferentes. Su vida era muy solitaria, no tenía amigos. No le gustaba salir de fiesta, nada. Lo único que lo hacía feliz, pero no del todo, era su trabajo. Dejar salir sus sentimientos y plasmarlos en dibujos desahogaba su alma. También tenía un vacío en su corazón. Siendo un chico guapo, porque realmente lo era, cualquier chica lo desearía, pero él aún no encontraba ese amor verdadero. Sólo hasta que vio a Emy.
Siempre trataba de complacer a Emy en lo que ella quería, pasaba por encima de todos para sacarle una sonrisa, sonrisa que lo transportaba a otro mundo. No le importaba como se sentía él, si estaba triste o algo, eso no le importaba, lo importante para él era Emy, su prioridad era ella. Y cuando ella sufría, él se desesperaba y no descansaba hasta que ella no se recuperara. "El amor todo lo acepta, todo lo soporta, todo lo puede"
Esta vida da muchas vueltas, Andrés se encontraba en el lugar donde las almas recorren en busca del castigo eterno o el descanso en el cielo. Pero algo misterioso pasó. Su alma regreso en un cuerpo diferente, un cuerpo que otra alma acababa de dejar. Andrés abrió los ojos, confundido, en una cama del hospital, multitud lo rodeaba, veía que en sus rostros lágrimas salían, '¡Es un milagro!' todos gritaban. El médico no lo creía
_Pero...-Dice mirando los signos del paciente-... Su corazón se detuvo por cinco minutos, ¡Vaya fortaleza de hombre!
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El tiempo entre nosotros
Acak"A veces callar lo que sentimos puede llevarnos a la perdición. El deseo de querer tener a esa persona 'y no poder tenerla' va matando poco a poco el corazón. Estar condenada a su recuerdo es la única satisfacción... ~porque para perder primero debo...