siete

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— ¿Tienes todo?— Renee me miró mientras yo intentaba cerrar una de mis maletas.

— Todo.— afirmé.

Luego de un largo mes, por fin había llegado el día. Hoy comenzaba el tour y en una hora debía estar en el aeropuerto.

Por fin cerramos la maleta y la dejamos alado de la puerta de entrada.

— ¿Qué hora es?— pasé una mano por mi frente quitando unos mechones rebeldes que tapaban mi vista.

Renee miró la pantalla de su celular. — Un cuarto para las doce.

— Aún nos queda tiempo.— suspiré recostándome en el sofá.

— Recuerdo cuando grabamos tu primer vídeo.— sonrío melancólica, puse mi cabeza en su hombro.

— O cuando lo editamos.— reí recordando todos esos momentos cuando éramos nuevas en YouTube.

Mi alarma sonó llamando la atención de las dos. Tomé mi celular y la pare.

— ¡Brooklyn, nos vamos!— dijo mamá bajando las escaleras. Papá bajo y tomó la mano de mi madre.

Suspiré. —Vamos.— tomé la mano de Renee y con la otra la maleta. — Estoy nerviosa.

— Todo estará bien.— me miró y apretó su agarre.

El camino al aeropuerto fue silencioso, pero no incómodo. Reflexione y pensé: ¿Cómo termine acá?

La mayoría de los adolescentes sueñan con conocer a sus ídolos, viajar por el mundo y ser millonarios. Mi sueño siempre fue dedicarme a lo que siempre me gustó, y en unos días cumpliré con eso.

Renee empujó levemente mi hombro. — Hemos llegado.— apuntó al aeropuerto.

Bajé con algo de dificultad las maletas y entré al aeropuerto.

— ¿Trajiste todo? Pasaporte, carnet, dinero...— habló papá.

— Todo.— confirmé.

— ¡Brooks!— me abrazaron por atrás.

— ¿Quién er- ¡Matt!— lo abracé de vuelta.

— Por fin me libraré de ti.— bromeó.

— Lo mismo digo.

— ¿Estás lista para todo esto?

Solté un gran suspiro.— Eso creo.

Pasajeros del vuelo 213 con destino a San Francisco, favor de abordar en la puerta número 32. Primer llamado.

— ¿Esperarás al último llamado?— pregunto mamá.

— Si.

— Aún así, es mejor que empieces a despedirte. Sólo quedan quince minutos.— agregó papá mirando su reloj.

Si hay algo que odio, son las despedidas. Jamás se por donde empezar ni con quién terminar, qué decir o si llorar está bien o no.

crazy ; magcon boysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora