crazy ; magcon boys

dos

Desperté en una incómoda posición en el sillón junto a Matt.

Recordé que el día anterior me dormí mirando una película junto a el en un sillón.

Matt comenzó a moverse alado mío golpeándome levemente con sus piernas.

Abrí los ojos encontrándome con él roncando tranquilamente dormido. Lo tape con la frazada que tenía en mi cuerpo y me levanté para preparar el desayuno.

Fui a la cocina y comencé a hacer la masa para comer panqueques, tal como mamá me había enseñado.

Cuando termine, puse todo en una bandeja y fui a la habitación en la que se encontraba durmiendo Matthew.

Dejé la bandeja en la mesa de centro y fui a buscar un poco de shampoo. Le haría una pequeña broma a Matt.

Volví con mi celular para grabar con la cámara. Me acerqué a el intentando no reír y le pegué una cachetada con la mano en la que tenía shampoo.

Matt se levantó de un golpe aturdido.— ¿Qué pasó?

— ¡Smack cam!— dije con la voz agitada por la risa.

— ¡Diablos! Me gustaría despertar todos los días así.— dijo sarcástico tocándose la mejilla arrugando la nariz.

— Agradece que te hice el desayuno.— comenté sentándome junto a el, cortando la grabación que pronto subiría a mis redes sociales.

Comencé a comer mientras él se quejaba de cuanto le dolía su mejilla, la cual estaba roja por la irritación que provocó el shampoo.

— Brooks, ya debo irme.— dijo golpeando sus muslos levantándose.

— Oh, bueno. ¿Nos vemos después?— caminé hacia la puerta.

— Te mandaré un mensaje, luego nos vemos— beso mi mejilla yéndose.

— Adiós.— me despedí cerrando la puerta viéndolo hasta que lo perdí de vista.

Subí corriendo para arreglarme y salir con Renee ya que iríamos a almorzar. Me metí a la ducha, en la cual no demoré más de quince minutos. Me puse una polera corta gris y unos jeans blancos rotos.

Deje mi pelo suelto y me delineé los ojos luego aplicando un poco de rímel.

Escuche mi celular desde abajo sonar indicando que me estaban llamando, bajé para contestar a tiempo antes de que se corte la llamada.

— ¿Renee?— contesté con la respiración agitada.
— Brook, ya estoy afuera.
— Voy.— dije cortando la llamada.

Agarré mis zapatos y me los puse rápidamente.

Había despertado tarde, por lo que ya era hora de almorzar.

Abrí la puerta encontrándome a Renee apoyada en ella esperándome.

— Hola, ¿Nos vamos?— preguntó y asentí saludándola, besándole la mejilla.

Comenzamos a caminar en dirección a la misma cafetería de ayer.

– Sobre el vídeo de ayer, ha sido una buena idea.

– ¿Cual de los dos?— pregunte curiosa.

— El que subiste a su canal, tuviste muchas visitas y tus subscriptores aumentaron notablemente.