Simplemente Amigos

1.3K 96 12
                                    


El comentario de Draco y la respuesta de Hermione a ninguno de los presentes dejó indiferente. Harry descubrió su rostro –oculto detrás de su carpeta- mirando extrañado a Hermione. Su amiga realmente era de armas tomar, antes nunca habría respondido a un tipo de comentario de esa índole, pero ahora lo había hecho de lo más natural. ¡Ella sí que sabía cómo darle ese tipo de agradables sorpresas! Sobre todo porque a Malfoy se le formó una arruga en la frente al escuchar la respuesta y Ron tenía los ojos como platos de lo sorprendido que estaba.

—Será mejor que no la subestimes, Malfoy. Créeme, no es una buena opción hacerla enojar —advirtió Ron, quien conocía perfectamente cómo podía llegar a ser ella en un momento así.

—Les agradeceré a cada uno que se centren en los expedientes que les acabo de entregar —gruñó Hermione brindando su habitual mirada reprobatoria. Harry desde un extremo de la oficina dio un respiro de resignación y avanzó hasta sentarse en uno de los sofás.

—Mi intención no era molestar, Granger. Solo quería amenizar la conversación —agregó Draco—. Creo que le hace falta una buena dosis de sexo murmuró entre dientes lo suficientemente audible para que ella lo captara. Al parecer había activado ese mecanismo secreto que solía utilizar, o como Ron lo llamaba, esa especie de «"oído amaestrado» y podía escuchar a la perfección hasta el más leve de los bisbiseos y las palabras de Draco Malfoy no fueron la excepción.

—Lo que me falte o me sobre, Malfoy, no es asunto tuyo. Y por favor, lee lo que acabo de entregarte, sino comprobaré tienes déficit atencional.

—¡Sí que eres estresante! —añadió Ronald sonriendo, pero apenas lo había dicho, ya se había arrepentido, ahora la mirada asesina cobraba otra víctima: él.

—¿Qué has dicho, Ronald? Repite lo que has dicho —al parecer la presencia de Ron había causado una revolución en ella. Estaba tan perceptible a todo que involuntariamente había levantado la voz y exagerado su reacción.

—Nada, solo dije que eres estresante —repitió Ron—. Hermione, solo tenemos unos cuantos minutos frente a ti, y ya te convertiste en un ogro —intentó calmarla. Esperaba que la estrategia resultara.

—A ver chicos: ¿ustedes realmente saben a qué nos enfrentamos? Por si no se han dado cuenta este es un caso grave. Harry, ¿estás seguro que fue una buena elección tener a Weasley y a Malfoy? —Harry la miró sorprendido ante la pregunta, pero no respondió—. Si seguimos como hemos comenzado, considero que la presencia de ustedes dos será insostenible — agregó señalando a ambos.

En ese instante Harry entendió que era hora de actuar y poner orden.

—Señores, será mejor que los asuntos personales los resuelvan allá afuera, estamos aquí debido a un grave problema. Este asunto es sumamente delicado —Harry, se vio obligado a terminar su discusión, pues si no hacía algo comenzarían con el pie izquierdo, y eso no le convenía para la investigación—. Señores... Señorita —continuó el Jefe de Aurores mientras los dos en cuestión respiraron profundo para no soltar una carcajada—. Los Dementores están causando serios problemas, no solo en el mundo mágico, si no a los muggles. Debemos resolver este asunto lo más pronto posible —finalizó Harry para posteriormente tomar su carpeta y continuar leyendo.

Luego de la aclaración realizada por Harry, un extraño y difícil silencio rodeó la oficina. Todos se mantenían atentos en el asunto de los Dementores. Los cuatro leían sus expedientes tratando de encontrar alguna pista.

—Esto sí que es extraño... ¿por qué atacar a los muggles? —preguntó de repente Ronald rascándose la cabeza. Mientras que las miradas de reprimenda por tal pregunta se hicieron presentes de inmediato—. ¿Qué? No he dicho nada malo. Solo fue una pregunta, por muy tonta que sea, ustedes también se la han hecho —aclaró Ron, mientras se hundía en el sofá en el que se encontraba sentado.

El Secreto de tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora