La universidad estaba más complicada que nunca con las clases atrasadas y los exámenes durante todo las dos semanas de reclusión profesional. Lo cual significaba un asesino aburrido y con ganas de distracción durante todos los días que el rubio no podía ir a verlo.
Se estaba tratando de consolar él mismo, y repetirse mentalmente "No asesinar, no asesinar" Y eso lo estaba volviendo inquieto con los dedos.
No saldría, no volvería a hacerlo a menos que en realidad sea necesario, pero ya había pasado un buen tiempo desde que vio al chico de lentes redondos y no había ocurrido nada al respecto. Así que él en realidad no tenía ninguna necesidad ahora.
Pero su mente se aburría de sobremanera cuando el rubio no estaba a su alrededor, y joder él comprendía que esto de la universidad y medicina o lo que sea, era complicado. Pero a él le jodía no poderlo besar antes de dormir.
Así que en lo que se dedicó durante las horas libres que tenía después del trabajo -claro a excepción de llamar al rubio y decirle que lo extrañaba demasiado- era volver a ver películas tan antiguas como sus abuelos.
Su cuerpo después del trabajo se acostaba en la cama y mecanizaba su vida sin el rubio.
***
El rubio cerró el libro y se sobó los ojos lentamente, haciendo un lindo puchero cuando no encontró ninguna llamada perdida del asesino.
Tiró el libro a la cama y quiso llamarlo, dándose cuenta de lo tarde que era.
Su cuerpo cayó en su cama y su cabeza quedó en el lado izquierdo. Observó la cama de Matthew y se preguntó ¿Qué de su vida?
No lo había visto en la universidad durante ya unos mese y le pareció inmaduro retirarse cuando ya estaban apunto de terminar la carrera. Y eso que él era el segundo mejor, después de él mismo.
Pero se sentía muy nervioso por las noches últimamente, extrañaba no poder dormir con el asesino. Y era cuando se sentía completamente inseguro y desprotegido. De repente oía ruidos extraños y empezaba a llorar como niño pequeño, algo que lo desconcentraba todo el día siguiente.
Ya solo faltaban algunos exámenes y unas prácticas antes de su graduación y de que su mamá venga ara la fiesta. No sabía dónde iba a meter al asesino cuando Liz y su esposo estuvieran ahí.
Cayó dormido sin siquiera sacarse la camiseta blanca que levaba puesta todo el día, y antes de dormir se prometió bañarse temprano.
Pudo jurar que era su alarma de las 6:30 de la mañana, pero al coger su celular supo que era algo más fuerte cuando la puerta no dejaba de sonar.
—¡Oye, Luke!
Una alarma resonaba muy fuerte. Y el fuego se observaba por su ventana.
Luke se paró de la cama tan rápido como pudo y solo logro poner en su mochila, su portátil con todo la información de sus trabajos, su cargador y billetera. No le importaba perder todos eso caros libros que eran todo su dolor de cabeza.
El humo podía olerse y eso lo hacia acordarse de los ataques de pánico que tenía cuando era pequeño ¿qué pasa si la entrada estaba hecha fuego? Y luego no saldrían. El miedo palpito en corazón de inmediato.
Se puso sus mejores botas negras y salió corriendo de ahí con mucho miedo, dejando la puerta abierta y vio a tantas personas correr por el pasillo hasta las escaleras.
Él también lo hizo y se sentía ese repentino calor en todo su alrededor. El olor a humo se empezó a oler de una manera impensable y pensó que se iba a desmayar en cualquier momento cuando observo tantas personas queriendo bajar las escaleras lo más rápido posible.
Quería ir a correr a los brazos del asesino tan rápido, justo ahora.
Su cuerpo lo sentía pesado y el calor humano justo cuando estaban por el segundo piso aún era difícil de respirar.
Se le revolvió el estómago y el sudor estaba en su frente, el fue podía observarse salir de dos salones y de la oficina principal, agarrando terreno.
La gente salia rápidamente y se dirigía a los campus, las rejas se abrieron y algunos solo se quedaban viendo y llamando, esperando y un grupo andaba riendo. Los vecinos empezaron a salir y era vergonzoso para la decana observarlo.
El fue estaba cogiendo más terreno y los bomberos aun no podía hacer nada hasta que se evacue la universidad.
Luke por fin salió y camino a paso apresurado fuera de los grandes campos. Dando un aspecto despreocupado, pero sus piernas le temblaban y su estómago se revolvía por el olor fuerte del humo.
No pensó en ningún momento por qué se ocasionó, o quién lo hizo. Porque él pensaba que era un accidente muy ligero.
Por las calles empezó a correr, y sus ojos se cargaban de agua. Su corazón estaba bombeando, fuerte y esa sensación lo hizo acordar la vez que le dispararon en la cadera. Estaba a punto de morir otra vez.
Siguió corriendo, estaba a punto de llegar al pequeño departamento dentro de un edificio que el asesino alquilaba. Cuando lo vio salir corriendo con sus pantalones holgados y una camiseta azul. Supo que era él por su cabello y ambos corrieron.
El asesino lo observó y corrió sin duda cuando vio el rostro mojado del rubio. Lo abrazó con fuerza.
Tenía al rubio sollozando en plena calle desierta a las 3:08 de la madrugada.
No sabía por qué se había levantado y había prendido la radio. Cuando escuchó que la universidad estaba prendida en llamas. Y eso lo hizo alterarse por completo saliendo con la mismo ropa que había dormido, en busca de su rubio.
—¿Estás bien? Por favor. Dime que está bien, bebé.
—Pensé que iba a morir.
El asesino lo apartó del escondite que el rubio se había adueñado, lo sacó del hueco entre su cuello y sus hombros, miró sus ojos cerrados fuertemente.
—Hey, escúchame.
El rubio abrió sus ojos, y lo observó. Y rogó al cielo que lloviera ese preciso momento, porque quería besarle y sentir ese cliché que solo se le ocurría cuando estaba con el asesino.
—Mientras yo este vivo, y contigo. Ten por seguro que... Nada te pasará. ¿me entendiste?
El rubio asintió y quiso sonreír tan amplio.
—Nada te pasará. —volvió a repetir— Ahora, pasemos. Hace mucho frío aquí afuera.
ESTÁS LEYENDO
After The Killer [Muke Clemmings]
Fanfiction-¿Quieres hacerlo? -Sí. Por él, lo haré. -¿Estás listo? -Sí.