La caverna de Magosi

8 0 0
                                    

Azur observaba atentamente al suelo mientras cruzaba islas, bosques, montañas, llanuras... En su pata derecha portaba un trozo de pergamino. De vez en cuando encontraba alguna rata o algún ratón (normalmente en el bosque) con el que podía alimentarse, y una vez encontró una cueva arcana en la que había polvo arcano en abundancia. Las cuevas arcanas son muy difíciles de encontrar y suelen tener guardianes, aunque no en este caso. Afortunadamente llevaba una pequeña botellita en la que pudo almacenar un poco de polvo arcano para llevárselo a Karn, y así hacerle un pequeño favor. Después prosiguió su vuelo.

El segundo día vio que había un murciélago que estaba volando en la misma dirección que él, y se enzarzaron en una pelea, que acabó con la vida del murciélago, cosa que benefició a Karn.

Por fin, el tercer día avistó un jinete metalizado que volaba a lomos de un dragón plateado, en las montañas azules. Lo siguió durante una hora, hasta que se metió en una caverna oculta entre las montañas. Era la caverna de Magosi. Llegó a una fuente de aguas cristalinas con peces rojos y se bajó del dragón.

- Karn, qué alegría verte de nuevo. Recuerda el trato: un acertijo que tienes que resolver - dijo Magosi, que había aparecido detrás de la fuente. - ¿Qué noticias tienes de los Planeswalkers?

Karn hizo como que meditaba la pregunta, pero no sabía si decir la verdad. Magosi era una gran mensajera, y en dos días todos los reinos lo sabrían. En ese momento apareció Azur y dejó caer el pergamino en el suelo. Karn empezó a leerlo en alto:

"Seguid al búho, de esa manera nos encontraréis. Necesitamos que vengáis lo antes posible, el mundo corre peligro, como tú, Karn, ya sabes bien. Os esperamos, Gideon."

- ¿El mundo corre peligro, y yo sin enterarme? Es inaudito, debemos ir lo antes posible. Para llegar a tiempo estoy segura de que este hechizo servirá - dijo elevándose en el aire.

De repente, sus alas se volvieron metálicas y se hizo más grande.

- Ya podéis subir - dijo alegremente, y Karn y Azur se montaron en la esfinge plateada mientras alzaba el vuelo. Ascendió en el aire y desapareció en un destello.

II. Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora