Dentro de mí

No se por qué

No sé por qué.

¿Por qué gasto mi tiempo en sueños e ilusiones, en cosas que nunca serán?

Él, por ejemplo.

Lo pienso casi sin querer, como cuando uno tiene alguna manía que efectúa sin pensar mucho en ello. Así es esto; lo quiero sin querer, lo extraño sin que sea mío, lo anhelo aunque sé que nunca será.

Me gusta su risa. Me gusta la forma en la que sus ojos se achican cuando sonríe, aunque no sonría conmigo. Me gusta verlo feliz con otras chicas, y que él no tenga la menor idea de que estoy condenadamente loca por él. Pero qué boba, ¿no?

Porque, después de todo, ¿qué es el amor, sino una ilusión, un montón de reacciones químicas que aparecen para sacudir nuestra pequeña existencia y enviar todo a la mierda? Una forma de atenuar la soledad. ¿Podríamos vivir sin el amor? Yo creo que sí, pero sería un mundo más pequeño. Mas aburrido. Menos doloroso.

Porque vaya que duele. Nada como el amor no correspondido.

Das todo de ti, aunque sabes que el sentimiento nunca será respondido. Te alegras al ver que esa persona será feliz con alguien más, y le deseas toda la suerte del mundo, con ese sentimiento de ser destrozado por dentro ahogándote porque nunca lo dejarás salir. Mi amor no es tan puro. Es amor egoísta, porque quiero que él me mire realmente. Quiero que vea mi alma, y se de cuenta de quien realmente soy. Pero ya no sé que creer. El amor es una mierda.

O tal vez sí existe, pero no le llega a todos.

O tal vez está ahí, escondido, esperando ser encontrado por alguien que valga la pena. Ansiando despertar.