Parte 11

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Maicol, miraba con curiosidad a su amiga, la cual durante todo el tiempo que él la conocía, nunca la había visto con un novio o un hombre que la abrazara, ella no permitía ninguna intimidad, ella siempre huía a la relación amorosa, solamente él había sido el único que la abrazaba y eso porque es amigo de ella tenía. Le sorprendía en gran manera ver como ese hombre mostraba cierta posesividad en ella y que ella se lo permitía. Algo que realmente a él no le gustaba

Hola, Maicol, ¿Vamos almorzar ?__ dijo Beliza sacándolo de su pensamientos __ ¿Qué miras con tanto interés? __ Al ver que la ignoro.

¡Hola! __ suspiro aún confundido por la actitud de su amada amiga __ a Sam.

Sam vino, ¿dónde, dónde? __ miraba emocionada la dirección que él estaba absorto mirando __ ¡No la veo! ¿En dónde esta?

Ya se marchó con un hombre que dijo que era el padre de los hijos de ella __ dijo sin creerlo.

¡Ah! Ese debe ser el jefe de ella __ le dijo sonriéndole __ mi hermana la ayudo a colocarse ahí en ese trabajo__ le toco el brazo para que él la mirara.

Pero... __ la miro __ ¡Ellos se gustan! __ Mencionó con tristeza.

¿Qué? __ ella lo miraba y reía __ No, él tiene novia, para casarse y además mi hermana esta loquita por él, y haría cualquier cosa por conquistarlo__ suspiro mirándolo con tristeza, porque ella conocía los sentimientos de Maicol por Samanta__ No creo que Sam se fije en un hombre como el señor Sheeran.

Eso espero, porque realmente esa mujer me gusta un montón__ suspiro y miro a su amiga __ y no me gustaría que ese hombre me la bajara.

Eso te pasa por no decidirte __ reprendió, ella sabía lo que él estaba pasando por el amor secreto de él por ella __ debiste hablar con tiempo, además no podemos decir que ellos son algo, nadie se enamora en tan poco tiempo__ abrió el bolso para sacar el teléfono que sonaba en ese momento __ eso sería ridículo.

¿Tú, crees? __ Pero Maicol pudo ver como ellos se miraban y la empatía que en ellos existía, era muy buena, demasiado buena, para su gusto.

Samanta miraba la expresión de Dylan, esta no era de enojo, más bien era de aprensión o temor, por ese motivo Samanta solo se limitó a obedecer lo que él decía.

Sube el vidrio por favor y pon el seguro a la puerta__ dijo mientras al mismo tiempo marcaba rápidamente un número telefónico desde su móvil. __ Thomas, tengo problemas __ dijo rápido y colocaba el teléfono en altavoz para poder conducir __ un auto nos ha estado siguiendo desde un largo rato.

Señor, ¿no llevo la escolta? __ La voz del hombre se sintió nerviosa y preocupada. __ Por favor que no se pierda la señal del GPS, ¿Por dónde va?__ guardo silencio

¡No! __ mascullo una maldición __ ¡No mires! __ dijo al verla que ella iba a mirar a la parte de atrás del auto __ no llames la atención, que piense que no los hemos visto. __ volvió a mirar la carretera __ Thomas voy por la avenida principal, como lo indicaste, según lo estipulado.

Él conducía con la mayor tranquilidad que la situación le permitía. Esperando las órdenes de Thomas.

Señor, ¿el auto es un sedán negro? __ Thomas le preguntaba.

Si, ¿Ya están cerca? __ Dylan miraba por el retrovisor y vio como dos autos de los de él se interponían entre el auto negro y el de ellos, dejando al auto fuera de alcance de la pareja.

Viajaron en silencio escoltados por los guardaespaldas hasta llegar a la mansión.

Thomas redobla la seguridad y que revisen todo el material de las cámaras de la seguridad, no quiero sorpresas __ dijo él de manera autoritaria y tomado del brazo a Samanta la llevo hasta la oficina.

Desastre, mi  niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora