Solos

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-¿Has escuchado eso?- pregunté mirando a María mientras seguíamos andando por las ahora silenciosas calles de la ciudad.
- ¿Escuchar qué?. Ya sabes que no hay nadie y que solo nosotros estamos aquí.

Tenía razón, no sabíamos el motivo pero todas las personas de los alrededores de Líava habían desaparecido incluyendo a sus propios habitantes.

- Habría jurado que he oído algo. Ya sabes que desde que vinimos la ciudad cambia: mira con tus ojos lo que tienes delante María, Ayer esto era una plaza llena de árboles, bancos, farolas y más cosas, y fíjate, sólo quedan las baldosas del suelo.
- Tienes razón Jack, pero pueden haber ocurrido muchas cosas como...
- ¿Cómo qué María? No hay ninguna explicación para esto. Los sensores habrían saltado si alguien o algo hubiese andado por aquí anoche.
- Ya, pero estos son fáciles de manipular, ya viste cómo saltaron y nos despertaron cuando el aire hizo caer uno. Dijo María intentando defender, como siempre, la tecnología.
- María no hay explicación, dios se olvidó de nosotros si es que existió alguna vez, y lo más seguro es que no quede nadie ya en Lucla. Dijo Jack enfadado dando una patada a una piedra del suelo.
- Jack, siempre hay una explicación; no es posible que ocho mil millones de personas desaparezcan de la faz dela tierra en una noche - Aunque lo hizo con la intención de animar a Jack, este no se animó.

En la memoria de Jack empezaban a pasarlos recuerdos olvidados de lo que fue antes una vida con humanos alrededor.

- No sé qué hacer María, ya no hay nada en la ciudad, si por lo menos hubiese un vehículo con el que movernos por Lucla.
- Pero no lo hay Jack, hemos buscado por toda la ciudad y demos gracias a que aún hubiese alimento. María dio la vuelta pero se detuvo de seco.
- Jack- María miro a Jack, pero este no le prestaba atención. Miraba fijamente a la avenida principal.
-María, supongo que ahora lo habrás escuchado, ¿no?

María asintió en silencio y cargó el arma. Avanzaron por los soportales para evitar que fuese lo fuese lo que producía los ruidos les escuchara.

 Llegaron a un montón de escombros y Jack le indicó que no hiciese ruido. María asintió en silencio. 

Al asomarse por el borde superior de los escombros vieron algo que les dejó boquiabiertos: había tres personas, las tres iban vestidos con unas largas túnicas negras con un signo en uno de los bordes.

- O dios mío, cinco años y al fin los encontramos. Humanos, Jack. Esto significa el fin de nuestras preguntas. Una lágrima asomó por los ojos de María y acto seguido Jack la abrazó.
- Vamos, dejémonos ver. 

Jack cogió a María de la mano y se levantaron.

- ¡Hey, estamos aquí. Hola! 

Los hombres nos miraron, de repente un hombre mas emergió de detrás de una columna y se dirigió hacia nosotros con una espada en la mano.
Jack desenfundó su cuchillo y justo cuando aquel soldado se disponía a asentar un golpe contra María, se lo hundió en el estómago. Acto seguido María apretó el gatillo de su arma atravesando el pecho. El soldado cayó al suelo. Ambos salieron corriendo de allí y no se detuvieron hasta llegar al edificio que utilizaban de base central.


Magia silenciosa(Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora