Quitando la mascara

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Jack tenía frío y eso fue lo que le hizo despertar. Estaba desnudo, sin ninguna manta por encima que le aislase. Miró a María y sonrió con ternura y picardía. Aquella noche nunca la iba a olvidar. Miró el reloj de su muñeca, marcaban las siete y media. Se levantó con cuidado de no despertar a María y fue a al baño. Abrió el grifo del lavabo esperando que el agua saliese pero no había. Decepcionado fue hasta la habitación y recogió en silencio sus ropas. Se vistió con el mismo sigilo y fue hasta la cocina.
Tal como hacia todas las mañanas cuando estaba en aquella casa, encendió la luz de la cocina y prendió la televisión. Luego recordó que no funcionaba y la iba a apagar cuando escuchó una voz que salía de ella. Subió el volumen lo más rápido que pudo y con curiosidad se puso a escuchar.
Era un noticiario matutino. Un hombre vestía un elegante traje del cual, en la altura del pecho, pendían casi una docena de medallas.
- Y según los últimos informes pronto se recuperaran los territorios en revuelta. Por otra parte, la legión de los inmortales pasará por las siguientes comarcas, con lo cual la seguridad en las calles aumentará significativamente. Ahora el listado de las provincias: Laconte, Robleobusto, Sanligre, Remonte, Lucla, Oberanite y Batibarite.
Jack se preocupó, si la seguridad en Remonte aumentaba algún guardia podría reconocerlos y correrían grave peligro. Decidió decírselo más tarde a María. Decidió calentar de nuevo la comida de la noche anterior. Tuvo que hacerlo en una sartén puesto que había desaparecido el microondas.
-Serán cabrones, se me llevan el microondas y no la tele de plasma o la caldera, no solamente el microondas.. -Protestó Jack.
-¿Que ocurre?-Pregunto María desde el umbral de la puerta.
-Nada, que robaron el microondas.-Le explicó el.
-No te preocupes, si quieres puedo calentarlo yo mientras te aseas.-Dijo María.
-Ya probé, no hay agua.-Contestó Jack. La luz se fue.-Y ahora tampoco hay luz.
María sonrió y le dio un leve beso en los labios. Comieron la comida mientras Jack intentaba sintonizar una pequeña radio a pilas.
-Jack, no hay nada, ¿Por que pierdes el tiempo?.-Preguntó María.
-Si que hay, encendí la televisión sin darme cuenta y estuve viendo un noticiario. Tal vez haya una emisora de radio. Por cierto, tenemos que salir de Remonte, dijeron que iban a aumentar la seguridad, tenemos que movernos, iremos a ver a José y nos marcharemos.-
María asintió en silencio. Quería permanecer allí mas tiempo, quería no tener que caminar más, pero aquello era imposible, y aun más sabiendo que los encapuchados ya los habían encontrado una vez.
-María, ¿me estas escuchando?-Le preguntó Jack.
María repaso haber si se había empanado de lo que Jack le había dicho, pero al estar con sus pensamientos no lo había escuchado.
-Me gusta la cara que pones.
-¿Que cara?.-Preguntó ella
-La cara de desesperación cuando no te acuerdas de algo.

Contestó Jack mientras el se le lanzaba encima y le besaba. Ella le devolvió la pasión. 

-Creo que alguien nos espera Jack.

Dijo ella mientras intentaba apartar a Jack de encima suyo.
Jack suspiró. Se quitó de encima de María y le dio un beso en la mejilla. Cogió la radio y salió de la cocina.
Para las ocho menos cuarto María y Jack ya estaban saliendo de la casa. Bajaron las escaleras y salieron al portal. La puerta volvía a tener el escudo activado.
-Es raro, yo no active el escudo y el último en salir fue José.-Dijo Jack mientras levantaba su mano izquierda y desactivaba el escudo.
Al salir volvió a levantar el escudo pero esta vez decidió cambiarlo de elementos y mejorarlo. El escudo que Jack levantó era un complejo conjuro de agua con una clave.
-Si alguien vuelve a intentar entrar se llevará una buena sorpresa. Solo tu y yo conocemos la clave a si que recuérdala. Dijo Jack.

María asintió y ambos dos empezaron el camino hasta el puente donde José los esperaba.
El pueblo estaba cambiado, casas cerradas o derruidas, árboles talados, calzada descuidada, se notaba que nadie invertía por mantener cuidado Remonte. Una voz gritó el nombre de Jack haciendo que buscase con la mirada el origen. A lo lejos vio a Jose huyendo de dos guardias que con un taser en la mano y una gran lanza atada a la espalda intentaban pararlo.
Jack se recto, colocó con las piernas a la altura de los hombros, junto las manos en la altura de su pecho y esperó. José pasó como un rayo a su lado y los guardias casi lo habían pillado cuando Jack pronunció el conjuro.
-Hadesterra, realiza tu cometido.
Dos tentáculos de piedra salieron de la tierra, los guardias se quedaron petrificados, uno intento decir algo pero los tentáculos se enroscaron en su cintura y los lanzaron contra un coche, el cual al recibir el impacto hizo saltar la alarma.
-Gracias, ahora creó que deberíamos huir.-Dijo José.
-¿Por que te perseguían?-Preguntó María.
-¿Podemos hablarlo en otro lugar?-Preguntó el.
-José-Increpó Jack.
Después de un largo resoplido José empezó a hablar.
-Pertenezco a la resistencia, soy un espía al que enviaron desde el norte y para parecer uno más acabe por asentarme aquí, hoy por la mañana escuché que los inmortales pasarán por el pueblo dentro de dos Días, lo cual significa que hoy al mediodía ya estarán aquí. Tenemos que salir de aquí, sobre todo ahora que saben que practicas la magia.-Explicó José.
¿Quién sabe que practico la magia?-Preguntó Jack.
José señaló a un hombre que corría en dirección contraria a ellos.
-Mierda.-Exclamó Jack.
-Os lo contaré todo de caminó a tu piso, pero tenemos que darnos prisa.
Los tres empezaron a correr rumbo al piso sin darse cuenta de que un encapuchado les vigilaba desde un tejado.

Magia silenciosa(Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora