Por los pelos

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Maria y Jack caminaban bajo el sol, a ambos lados del camino solo se extendían viñas abandonadas, con demasiada vegetación, fruto de haberlas dejado descuidadas durante años.
- Después de esta subida podremos ver Remonte, y llegaremos a mi casa.- Dijo Jack en un intento de animar a Maria la cual, después de toda la caminata estaba cansada. El primero en llegar a la parte de arriba fue Jack, plantó un palo que había encontrado hacia un rato e imitó el grito de rey de la jungla. Maria se río.
-Ya decía yo que parecías un mono - Respondió ella mientras se reía.
Jack agarró su bastón, y empezó a bajar la colina, María llego a los pocos segundos, pero se quedó allí mirando el paisaje. Al darse cuenta de que María no bajaba, Jack se dio la vuelta y le grito:
-¡ Si están tan casada, puedo llevarte en mis hombros, o como hacen los novios recién casados!
Pero ella no respondió, solo se quedó allí arriba.
Jack subió a esprint hasta ella.
-¿ Que te pasa?-Le preguntó Jack.
Ella señaló con su dedo hacia Remonte mientras decía.
-Las viñas están cuidadas Jack, hay gente en Remonte.
Jack abrió los ojos como platos al darse cuenta de que María tenía razón.
-Conozco un camino distinto para llegar a mi casa, pero no es demasiado transitado.
Maria asintió en silencio y empezaron a bajar. Llegaron a una bifurcación, uno de los dos caminos estaba bien cuidado, en el otro la maleza ya se había apoderado de aquella senda.
-¿No creó que tu camino sea el limpio verdad?-
Jack negó con la cabeza y María suspiró. Empezaron a hacerse paso entre las zarzas y la maleza. Pero un poco mas adelante el camino empezaba a despejarse hasta quedar completamente limpio de maleza. Jack se quedó pensando pero por no preocupar a María siguió avanzando. Sabia que aquello estaba cambiado, pero el siguió hacia adelante para no preocupar a María.
Fue entonces cuando ambos dos vieron un carro lleno de paja que se acercaba hacia ellos tirado por una mula.
Jack empujó a María hacia una zanja y luego se lanzó el, era profunda por lo que únicamente podían ver era el ras del suelo. El carro avanzó hasta su altura y se detuvo, un hombre bajo del carro, Jack ya había sacado un cuchillo y se preparaba para lo peor.
-En el nombre de los dioses, ¿que hacéis ahí metidos?-Preguntó el hombre.
Maria y Jack se quedaron sin habla al ver que aquel tipo los había descubierto.
-Vamos se que estáis ahí metidos, os vi a leguas.-proclamó el hombre.
El primero en salir de ahí fue Jack, con ambos brazos se elevó y salio al camino, luego le dio la mano a María, quien salió sin problemas.
Ambos estudiaron con un vistazo rápido al hombre, sobre todo Jack el cual comprobó que no parecía portar armas. María por su parte analizó la ropa. Vestía ropa bastante humilde, tenia parches en las rodillas y en alguna otra parte del pantalón.
-Mi nombre es José, os vi hace un rato y al ver que os metíais en la zanja, pensé que os caísteis y necesitabais ayuda.
Jack escondió el cuchillo, aquel hombre parecía honesto y no tenia pinta de ser una amenaza para ambos.
-Nos dirigimos a Remonte, vamos a mi casa.- Respondió Jack.
-¿Tienes casa propia? Entonces debes de ser rico o algo así - Respondió José.
Jack y María cruzaron miradas de duda.
-No, no somos ricos ni nada por el estilo, no tenemos ni una moneda.-Le respondió María.
José al escuchar la contestación de María se quedó asombrado.
-¿Hace mucho que no venís a Remonte verdad? Desde que los Guardianes de la magia llegaron no existen las propiedades privadas. ¿Cuanto llevas sin venir muchacho?
Jack no daba crédito a lo que escuchaba, primero les intentaban matar y ahora se convertian en tiranos. Su mente estaba en un caos total, y no se dio cuenta de que dos motos se acercaban hacia ellos.
-Son Guardianes, tengo que quitar el carro de en medio.-Dijo José mientras subía a la parte de adelante del carro.
-No nos pueden encontrar José, podemos escondernos detrás.-Suplicó Maria.
José los miro un momento y luego asintió con la cabeza. María arrastró del brazo a Jack y ambos dos se metieron bajo el montón de paja. Las motos pasaron muy cerca de José pero no se detuvieron.
-Esto explica el porque de vuestro intento de escondite, ¿puedo saber que habéis echo?
María iba a responder pero Jack le puso la mano en la boca.
-¿Puedes llevarnos a Remonte?.-Preguntó Jack.
-Claro, pero con la condición de que me contéis por que huis de la justicia.
Jack aceptó, y José puso en marcha el carro, con destino a Remonte mientras Jack contaba la historia de su huida.

Magia silenciosa(Actualizaciones lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora