Capítulo IV.

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¿Cuántas noches toma contar las estrellas? Ese es el tiempo que tomaría reparar mi corazón, oh cariño, estuve ahí para ti, todo lo que siempre quise fue la verdad.

•••

—¿Dónde estabas?

Lauren entró a su casa, aún con lágrimas en los ojos. Observó a su madre en la sala y solo soltó un bufido.

—Necesitaba despejarme.

—¿Estás bien? —la voz y la cara de su madre cambiaron en segundos, se veía preocupada.

—No te importa. —respondió Lauren lanzando su peor mirada, quitando sus lágrimas.

—Lauren, claro que me importa.

—¡No, no te importa! —gritó con rabia. —¡Tú eres la primera en hacerme sentir mal día a día! ¿Qué te importa si alguien más me arruinó el día también? ¿Te molesta no ser la única capaz de herirme?

—¡A mí no me vas hablar así, Lauren!

Clara se acercó peligrosamente, levantando su mano.

—Adelante, golpéame. —susurró —De todas maneras, no importa. Me odio lo suficiente como para aceptar que me golpees y sentir que lo merezco.

Su madre se detuvo, Lauren fue corriendo a su habitación y se encerró ahí por horas. Sacó la caja que le había regalado Camila y la abrazó, deseando que esos tiempos volvieran.

—¿Lauren? —Clara tocó a su puerta y pasó lentamente. —Ordené pizza, con extra de queso como te gusta...

—Gracias...

—Lo siento.

Su madre se retiró con la cabeza agachada. La ojiverde tardó en procesar todo, mas corrió hacia la cocina y cenó con la mujer que le había dado la vida.

A veces, una disculpa basta para pasar una buena noche.

Casi buena noche. Puesto a que el corazón no olvida, ni siquiera con las mejores distracciones.

•••

¿Dinah? —Camila estaba preparándose para dormir. Estaba cansada de pensar siquiera, sin embargo, su madre la detuvo diciendo que tenía visitas.

—¿Qué tal, Chancho?

—¿Chancho?

—Sí, no preguntes. —Dinah pasó libremente. —Linda casa, no sabía que las becas podían ser tan buenas.

—Uh, sí... —Camila llevó a Dinah hasta su habitación, ambas se sentaron en la cama y se miraron fijamente. —No quiero ser grosera pero, ¿a qué viniste?

—Esta mañana...

—Sí, ahora todos saben mi "secreto", genial, ¿no?

—No fue culpa de Lauren. —soltó Dinah —Fue Austin.

—Eso lo sé. —respondió Camila rodando los ojos. —¿Quién le dijo a Austin?

Hey, Juliet. [Camren] |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora