Hey, Juliet. [Camren] |Pausada|

Capítulo VIII.

Se siente como si esta noche podría durar para siempre, rompe esos relojes, olvida el tiempo.

•••

Camila se despertó, Lauren estaba aferrada a ella y su corazón se aceleró. La movió un poco, una pregunta rondaba por su mente y no podría dormir hasta resolverla.

—Lolo... —insistió.

—¿Sí, Camz? —murmuró la mayor adormilada.

—¿Quién es el chico con el que a veces te encuentro abrazada? —preguntó, intentando no soñar enojada.

—¿Uh...? —ahí la ojiverde terminó de despertar. —¿Daniel...? Lo conocí cuando entré a la escuela, después del juicio. —entonces se le escapó un bostezo. —Es un año menor, pero es un buen chico.

Camila asintió, más calmada.

—No me agrada, pero es tu amigo. —confesó.

—¿Quién es la rubia que se la pasa contigo? —preguntó esta vez Lauren.

—¡Andy! —rió la menor. —La conocí la primera semana, tropezó conmigo y... Y ha sido un gran apoyo.

Las chicas se miraron a los ojos, antes de empezar a reír.

—¿Celos? No, que va. No se nota.

Tras eso, Lauren notó que el reloj daba las cuatro y tenía que volver a su casa. Dejó un suave beso en los labios de su chica y se fue.

•••

En un mes suceden muchas cosas.

Normani y Dinah empezaron una relación formal, según muchos, la pareja más sexy de toda la institución. Camila y Lauren encontraron una manera de esconderse de Clara, además de acercarse tanto a Daniel como Andreas, haciendo que el grupo se expandiera un poco en sus ratos libres. Se reencontraron con Ally en varias ocasiones, pero más allá de pedir explicaciones o ayuda, consiguieron a una gran amiga.

Octubre empezó siendo una maravilla, definitivamente. Ese sábado, Camila y Lauren tenían una pequeña cita, llevarían a Sofi a un parque y luego irían a la casa de las Cabello para una pequeña pijamada.

—¿Lauren? —la pequeña Cabello abrió la puerta, para luego abrazarla con fuerza. —¡Te extrañé!

—Sofi... Nos vimos el jueves. —dijo Lauren riendo.

En ese momento, Camila salió y observó a, como ella las llamaba, sus dos amores.

Las tres chicas salieron y rieron, hasta llegar al pequeño parque, el cual estaba casi vacío. Sofía salió corriendo y empezó a jugar con el único niño presente, mientras Camila y Lauren se apartaban un poco.

—No tenemos fecha de aniversario. —comentó Camila de repente.

—¿Eso es importante? —preguntó la pelinegra nerviosa.

—No, no... —le calmó Camila rápidamente. —Es solo... Me gusta eso, ¿sabes? Ser diferente contigo. Somos novias, mas no tenemos una fecha, simplemente somos nosotras. Me gusta ver un futuro a tu lado sin planearlo realmente. Imagina todas las cosas que podríamos hacer, todos los sueños por cumplir, ¡los lugares a los que podríamos viajar! Y no sabemos, no nos molestamos en planearlo, simplemente estamos peleando día a día por vernos y amarnos, por esas noches que pasamos abrazadas y todas las risas que vienen tras chistes malos. Solo hay un nosotras, solo estamos enamoradas y lo celebramos todos los días, ¿me explico?