Y con cada beso me atrapaba ¿Acaso era muy duro dejarme y ya? Pero sin explicación alguna me torturaba con cada hipocresía que salía desde su seca boca. Era masoquista, amaba cuando él me insultaba, me dejaba tirado en el suelo llorando. Me fascinaba.
Pero ¿Un mundo perfecto dónde él y yo viviéramos libres? Me fantaseaba todos los días con esa oportunidad, quería que cada beso me injectase una dósis de cianuro hasta morir.
Y no te preocupes, Zayn.
Mi carta de suicidio irá sólamente para tí.