Malik.

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Marzo 8, 2010

10:00 am:

-¿Por qué te querían pegar esos tipos?- le pregunto a Louis.

-Quizá porque notaron que traté de ligar con uno de ellos.- responde.

Suelto una carcajada.

-¿En serio?- él asiente, riéndose conmigo. -Guau.

-Pero noté algo raro en ese chico azabache,- dice- La forma en la que te miraba...

Me quedo callado analizando su comentario.

-¿Cómo me miraba?

-Cómo... Ehm... Bueno, olvídalo.

Y trato de no tocar el tema en el receso.

Era un chico muy amable y gracioso, notó que también era gay porque en vez de juzgarlo me reía con él y daba mis opiniones de los chicos que mencionaban. Se sentía bien congeniar con alguien como tú, más o menos. 

Me ha preguntado mi número y me ha dicho que soy muy amable, casi pregunta si estoy en una relación o algo parecido, me da mucha gracia este chico.

Termina el día y yo voy a la salida trasera de la escuela, es más tranquila y pienso que es mía porque casi nadie la conoce excepto yo.

Una fuerza me arrastra a una esquina y me deja inmóvil del miedo.

-Hola, Zayn.- digo robándole un beso, se aleja bruscamente de mí con una mirada de odio. Me clava las muñecas a la pared y no puedo evitar morderme el labio, me fascina que me trate con violencia.

-Causas muchos problemas.-me susurra en el oído y yo levanto una pierna que llega hasta sus caderas, me encanta jugar con él. -Mira, te lo dejo claro desde hoy.

-¿Qué?

-Te metes conmigo y te juro que te mando al hospital, no me importa un carajo lo que pienses.

Lo dice en serio.

-Bipolar de mierda.- susurro.

-Maricón estúpido.

-Suéltame ahora.

Tira de mi y me golpea con la pared.

-Perra fácil.- me dice.

De esta no te vas. Lo agarro de el brazo y lo arrastro hasta quedar a milímetros de distancia.

-Tú ni quieres que diga nada, no me provoques.

Noto como se tensa. Acaricio sus deliciosos labios con mi dedo suavemente, mientras que con la otra mano de jalo el cabello negro, muerde mi dedo y yo exclamo ya que arde más con las cortadas.

Amo la tensión sexual que hay entre nosotros.

-Te voy a dejar inválido.- me susurra antes de irse y dejarme en la puerta.

Oh, querido Malik.

...

Estoy en el marco de la ventana, sin camisa fumándome un cigarrillo. No suelo hacerlo seguido pero me despeja la mente en algunos casos, hace un día creo que agradable, porque hay una brisa helada que me recorre el cuerpo de una forma muy placentera. Voy por el segundo cuando veo a Louis saliendo a la terraza también en mis condiciones -sin camisa-. Él me observa y suelta una risita, estámos prácticamente a cruzar una calle y dado que la calle es un sendero peatonal somos vecinos. Grita:

-¡Hey!

Le alzo la mano que sostiene el cigarro en forma de saludo. Se apoya en la baranda que cerca su terraza sin dejar de mirarme, si mantuviéramos una conversación todos la escucharían así que prefiero callarme y esperar a que él haga algo, sigue siendo muy gracioso.

Se me queda mirando, con una sonrisa burlona dibujada, grito. "¿Qué miras?" pero no me responde, sólo se muerde el labio y me mira de una manera que no describiría. Suelto una risa y le doy una última aspirada a el cigarrillo para dejarlo en el cenicero, juego con el humo mirándolo a él, abro mi boca y acaricio lentamente mis labios.

Pega una carcajada.

Hace una cara de concentración, sube las comisuras de sus labios un poco evocando una sonrisita, se delinea los labios con el dedo índice sin dejar de mirarme, acaricia sus labios y los abre, como si se limpiase algo, tengo la mente muy sucia. 

Pero yo también quiero jugar.

Lo miro retador, muerdo mi dedo índice mientras que con mi mano libre hundo mis dedos en mi cabello, gimo pero creo que no lo escuchó, -Me gustan tanto estas indirectas sexuales- pienso, él solo sonríe. Acto seguido él pasa su dedo por el pecho, y actúa como si quitara los botones de mi camisa.

-¡No tengo nada, idiota!- grito entre risas.

Veo que un pendejo al cual no le alcanzo a reconocer nos grita "¡Maricones!", Louis le grita "¡Lesbiana!" mientras trata de no partirse de la risa, yo también estoy riéndome a montones, se despide y cierra la ventana, me tira un beso y fingo que me golpea el pecho, es demasiado gracioso. 

Y paso el resto de la tarde riéndome de sus idioteces.

Del amor y otros demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora