Marzo 6, 2010
Llega el fin de semana y mi actividad más importante es dormir, dormir y pensar acerca de los desórdenes de mi vida.
Seré breve:
Yo tenía una familia, mamá, papá y yo -hijo único- y éramos completamente felices. Crecí en el barrio y lo conozco demasiado bien, no éramos una familia disfuncional y yo los quería demasiado.
No "éramos".
A los catorce, experimentaba unos cambios demasiado dolorosos, definir quién era, cómo era, qué me gustaba. ¿Han escuchado el dicho "La curiosidad mató al heterosexual"? Pues bueno, así pasó.
Guardé el secreto como un tesoro que odiaba esconder, quería salir de la mano con mi novio y besarlo en cualquier lugar sin que fuera mal visto, pero era imposible.
Intenté guardarlo pero mis hormonas no hacían caso, resumiendo mis papás acabaron enterándose de cualquier medio y yo terminé jodido.
Era más el rechazo que causé que me encerraba en mi cuarto por días, sin comer y durmiendo en vez. Descubrí un medio de desahogo tan efectivo como lo era escribir mivida en hojas sueltas de papel, después las organizaba y las enganchaba para tenerlas archivadas en mi armario, siempre he querido ser un escritor.
Pero al parecer era el único.
"No conseguirás nada con eso" decía mamá enojada, replicándome las consecuencias como no triunfar, ser un fracaso, vivir debajo de un puente, etcétera.
Pero no me quería rendir por más que todos dijesen el fracaso que sería, no permitiría dejar mis sueños atrás por la opinión de todos, sobretodo de mis padres.
Me gustaba -o me gusta- escribir de todo, tengo muchísimas novelas quenarran de mia antiguas aventuras con cualquier chico, y no era raro que mi mamá o mi papá las descubriera y las rasgara como basura.
Un día mis papás se fueron a una "reunión" de trabajo, la peor mentira que me han podido decir.
Al día siguiente aparecieron muertos en un callejón a las afueras de la ciudad.
Los periódicos decían que era una banda delicuencial o algo así y que ellos debían cuentas a sus jefes y blah blah blah.
Se me rompió el corazón, no comía ni salía y me internaron en el hospital por sobredosis, no quería vivir, quería irme con ellos por más que me odiaran.
Y ahora vivo en nuestra antigua casa, no he tocado un sólo mueble, mi papá me dejó una cuenta grandísima que ni siquiera yo podía ver sin sorprenderme en maginitud, como si él ya esperase esto.
Por eso vivo solo, demasiado.
Sólo recuerdo cuando mamá me decía "Eres un niño" cada vez que le decía que instalaría una editorial y que vendería muchísimos libros.
"Eres sólo un niño".
"When the tears stream, down your face, when you lose something you cannot replace, when the tears stream, down your face and i..."
Quisiera que alguien me arreglara, aunque sea un poquito.
Los fines de semana comía como un cerdo, me deprimía, lloraba y me cortaba. Por eso los odio.-junto a las mañanas-.
En mi cama había un pote de helado y muchísimos paquetes de papas, tenía una pluma y mi cuadernito para escribir cualquier frase, poema o pequeño cuento que se me ocurriese.
Decido irme a bañar, para refrescame un poco.
"I lived a lot of different lifes, been different people many times..."
Salgo de la ducha con la toalla amarrada a la cintura, con el dorso mojado y tarareando una canción.
-Qué mierd...- exclamo estupefacto cuando vuelvo a ver a Zayn encaramado en mi ventana mirándome y riéndose de mí.
-Yo a estas horas ya estoy bañado.
-Yo no.
Mira el helado y las papas y dice:
-Comes mucho para tener tan lindo cuerpo.
Me sonrojo ante su comentario.
-Me da hambre los fines de semana.- le digo con una sonrisa ladeada mirando al suelo.- mucha.
Toma su tiempo para analizar mi comentario.
-¿Me dejas cambiarme?
-Quédate así.
-¿Por qué...?
-Porque yo lo quiero.
Le obedezco con la mirada baja. Aunque me encuentro totalmente mojado me acuesto en mi cama.
Estoy en mi casa, puedo hacer lo que yo quiera.
Lo miro de reojo, él está sentado en la ventana mirando hacia afuera. El olor a cigarrillo inunda mi cuarto pero lo disfruto.
-¿Puedes apagar el cigarrillo?
Lo tira por la ventana.
-Engreído.- susurro. Camino hacia él con una mano sosteniendo el borde de la toalla para que no cayera. -Quítate de ahí- le ordeno.
Salta hacia el suelo con cara de reproche.
-Ya vengo, me iré a cambiar- le digo.
Me agarra la muñeca antes de irme y me pega a su cuerpo.
Él se lo buscó.
Lo beso lentamente, su lengua me atravesa hasta lo más profundo de mi boca, mi pecho mojado hacía fricción con su camiseta secándolo por completo.
Oh Zayn.
Pero yo sólo soy un niño.