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Llego la hora que cerraran el lugar y nos tuvimos que ir.

-Me encantó conocerte Harry- dijo ella con una hermosa sonrisa.

-A mi me encanto encontrarte, Jade- dije al igual que ella, sonriendo, dejando a la vista mis hoyuelos que tanto odio.

-Qué tal si me das tu número para volvernos a ver, ¿te parece?- dijo.

-Sí, claro, mi número es 55-2879-5436.

-Okay- dijo y lo escribió en su celular, después de unos cuantos segundos mi celular sonó- era para comprobar y para que tuvieras el mío- dijo con una sonrisa.

-De acuerdo- dije y guarde su número en mis contactos.

-Gracias por acompañarme Harry.

-No hay de que, cuando quieras.

-Adiós- dijo y me dio un beso en la mejilla pero muy cerca a mi labio lo que hizo que me tensara.

-Hasta luego Jade.

Nos fuimos en dirección contraria, yo dirigiéndome a mi casa y supongo que ella a la suya.

(...)

Me encontraba enfrente de la puerta café de mi casa, saque las llaves de mi bolsillo y abrí. Ya tenía sueño pues ya era bastante tarde, me la pase horas hablando con esa hermosa chica, Jade. Suspire. Después de entrar cerré la puerta y me dirigí al cuarto. Pero para mi mala suerte me encontré a mi madre en las escaleras con una cara no muy amigable que digamos. Mi madre era ese tipo de madres sobre-protectoras que se preocupan hasta por que la mosca me rozó el brazo. Y como era de esperarse, pues ella es científica, una cerebrito a la orden, ella era la famosa y respetada científica Sarah. Así que por su puesto que ella quiere que sea como ella, lo que cualquier padre o madre quiere.

-¿Por qué llegaste tarde? ¿Se puede saber?

-No.

Dicho eso me dirigí a mi cuarto, o mejor dicho intente irme a mi cuarto.

-Harry, tu no me vas a hablar así ¿entendiste?

-Si mamá, lo siento.

-Bueno, ahora explícame el por qué de tu llegada a media noche.

Así es, era media noche, aunque usted no lo crea.

-Bueno, estaba con una amiga, haciendo tarea.

-Aja, no me mientes ¿verdad Harry?, porque si no ya sabes lo que sucederá, no más salidas.

-No, ¿cómo crees que te mentiría? Yo nunca haría eso.

En parte estaba diciendo la verdad, porque si estaba haciendo la tarea y también estaba con una amiga, solo que no estaba haciendo las dos cosas al mismo tiempo.

-Está bien, ve a dormir que mañana tenemos cosas que hacer.

-Si madre, buenas noches.

Subí a mi cuarto, me saqué la ropa quedando solamente en bóxer, me arropé en la cama y quede en un muy profundo sueño.

(...)

A la mañana siguiente me desperté por la hermosa luz del sol que entraba por mi ventana. Noten mi sarcasmo. Siendo sincero odio cuando me levanto temprano, como cualquier persona floja.

Me dirigí a mi closet y escogí lo que me pondría hoy. Escogí unos jeans negros ajustados, una playera gris, un gorro gris, ya que hacia un poco de frío el día de hoy, y mis converse negros. Agarre mi toalla y me metí al baño de mi cuarto con todo en manos. Me tome un relajado baño, o bueno lo era hasta que mi mamá llegó y me gritó desde mi habitación que ya era tarde y que tenía que apresurarme a salir para alcanzar a desayunar. Y pues si me apure pero solo alcance a agarrar una manzana para el camino. Me encamine a la escuela, caminaba rápido o si no iba a llegar tarde a la escuela, normalmente no me voy caminando más bien en autobús, pero esta vez no lo alcancé y ahora tendría que caminar. Le di una mordida a mi manzana y sin darme cuenta ya había llegado a la escuela. Miré mi reloj, esto fue un récord, llegue un minuto antes de que me cerraran las puertas y no me dejaran entrar. En cuanto atravesé la entrada de la escuela, cerraron las puertas detrás de mi. Me dirigí a mi casillero y vi mi horario, me tocaba Historia "la mejor clase de todas" pensé sarcásticamente. Tomé mi cuaderno, el libro correspondiente y me dirigí al salón de clases. Me senté en mi lugar a esperar al profesor. En eso llego mi mejor amigo Luke. Luke era ese tipo de chico que era demasiado, y cuando digo demasiado es demasiadamente demasiado, deseado por todas las chicas del instituto.

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