HE'S BLUE | CHRIS EVANS【✔】

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 La chica de la gran sonrisa se paseaba por toda su casa bailando y cantando canciones al azar. Amaba hacer eso. Le fascinaba como podía moverse fácilmente por todo el lugar, siguiendo el compás de cualquier melodía al azar.

Tanto ella como su madre sólo se tenían la una a la otra en esos momentos. De igual manera era todo lo que necesitaban.

Sus padres se habían separado hace ya un tiempo. La chica no estaba ni feliz ni triste. Sólo aliviada. Ya ninguno allí podía soportar las peleas por cosas insignificantes.

Dakota al igual que su madre era bailarina. La mayor estaba retirada del mundo de la danza y ahora se limitaba a ejercer la profesión de maestra.

La danza siempre hizo que ambas sean muy unidas, en cambio Chris y su familia no lo eran.

Él por otro lado no hacía más que quedarse en su habitación solo sin hacer nada.

Chris pasaba cada día de su vida en su habitación, luego a la cocina de ahí al trabajo, del trabajo a terapia, de terapia a la casa y así sucesivamente. Esa era su rutina.

Su madre solo se concentraba en mirar los estúpidos reality shows donde veía lo que pasaba con las Kardashian o como se peleaban en "The Real Housewives of Atlanta".

Eso y la libertad de tener problema en empinarse una botella cuando su día iba mal. Botella tras botella, trago tras trago. Nadie decía nada, ella no respondía cuando hablaban sobre tener un posible alcoholismo.

Su hermano menor se la pasaba fuera de casa, metido en sus asuntos y tampoco preocupándose por la falta de atención de su madre. Ella no quería ayudar ni ser ayudada.

Él sólo entendió eso y dejo de insistir. Su hermana vivía en otro país que estaba además en otro continente. No soportaba las actitudes poco cariñosas y egoístas de la madre, por lo que a la primera oportunidad partió lejos.

Luego venía Chris, el mayor de los hermanos y quien necesitaba más ayuda.

Su vida se había complicado tras la muerte de su padre. Eso le había sentado como un balde de agua helada, fue muy difícil para todos. Sin embargo, ninguno de ellos buscaba ayudarse mutuamente a superarlo.

El muchacho sólo se encerró en su mundo. Iba a trabajar y luego a casa, trabajar y a casa. Esa era su rutina, sin desviarse, sin hablar con nadie. Volver para seguir encerrado.

La vida de Dakota era música, alegría, colores.

La vida de Chris era todo lo opuesto, silencio, soledad, y por alguna extraña razón el color azul.