【CHRIS EVANS】
❝Todo es azul, sus pastillas, sus ojos, sus jeans.
Yo estoy cubierta de colores y él es tan solo azul❞
Donde Chris tiene muchos problemas y su vecina Dakota intenta ayudarlo, enamorándose en el proceso.
[SERIE REAL LIFE]
...
Los nervios carcomían a Dakota. Ella ya se encontraba con los leggins y el pequeño buzo blanco ya lista para estirar.
El aroma a sudor y nervios siempre inundaba las salas de audiciones a las que Dakota asistía. Ese podría decirse, aunque suene raro, era un aroma que le impulsaba y de cierta manera le alentaba a querer ser mejor.
Le gustaba ver las caras de sus contrincantes, ver como algunas se morían de los nervios y otras simplemente estaban en su mundo, sin embargo, bastante atentas de igual manera a lo que hacían las demás.
Por su parte, ella pretendía estar lo más confiada que pudiera, aunque por dentro estuviera que se moría de los nervios. A Dakota no le gusta demostrar inseguridad delante de otras personas, ella siempre le gustaba parecer confiada y decidida.
Tras un largo estiramiento una de las muchas profesoras de baile a cargo del musical de este año llamó a todas las bailarinas que decidan dar la prueba.
Era tiempo de brillar y dar todo, se dijo a si misma antes de subir al gran escenario.
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Las calles de Nueva York estaban bastante inundadas de personas, lo que hacía para Chris peor su salida a hacer las compras. Odiaba la sensación abrumadora que sentía al estar rodeado de personas.
Él se encontraba vagando por los pasillos del supermercado con sus auriculares puestos a todo volumen hasta que una niña chocó contra él haciéndole sorprenderse y tirar el paquete que sostenía.
La niña quien vestía un adorable conjunto de ballet corrió hasta su madre para esconderse detrás de ella.
—Lamento eso —se disculpó la madre de la niña.
—No pasó nada —sonrió el muchacho gentil.
—Bella discúlpate con el joven —la regaño su madre.
—Lo lamento señor —susurró levemente la niña.
—No fue nada dulzura —se agachó hasta quedar a la altura de ella y poder recoger lo que soltó. —¿Eres bailarina? —preguntó él con interés.
Ella asintió. —Soy la mejor de la clase —sonrió la niña orgullosa.
—No tengo duda de eso —le sonrió él. —Tu madre debe estar orgullosa —dijo levantándose.
—Así es — dijo la madre. —Aunque le debo todo el crédito a Dakota, ella es una excelente profesora y con mucha paciencia— dijo mirando a su hija divertida, la niña solo rio y se escondió nuevamente.
—¿Dakota? —preguntó el chico frunciendo el ceño. —¿Alta, pelo algo corto, castaño y bonitos ojos?
—Sí, ¿la conoces? — preguntó la mujer.
—Sí, no, bueno es mí vecina —se rascó la nuca. — ¿Enseña en alguna academia? —se volvió a interesar Chris.
Ella asintió. —En la academia Richmond a tres calles de aquí —dijo ella.
—¿Frente al parque? —preguntó nuevamente él.
—Ahí mismo —asintió ella.
—Muchas gracias señora, que tengan un lindo día —dijo este para correr hasta la caja. Pagó los cigarrillos y otras pequeñas cosas que había comprado antes de salir.
Estaba dispuesto a ir a ver a su vecina.
No tenía muy claro la razón por la cual él quería verla, o más bien no encontraba algo lógico que explicase la necesidad de querer verla, pero tampoco le dio demasiada importancia.
Mientras tanto Dakota estaba más nerviosa que nunca, había sido una de las 5 finalistas para los roles protagónicos. Sus uñas ya no podían más, sentía que en cualquier momento sangrarían de tanto morderlas.
Por fin pudo respirar cuando le dijeron que sería la co-protagonista de la obra.
—Felicidades D—le dijo una de sus mejores amigas, Jane.
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—Gracias Jane, estaba que me moría de los nervios—contestó ella risueña.
—No se notó —dijo Jane —creo que eso fue una de las cosas que los cautivo —señaló a los profesores que elegían a los bailarines.
Dakota suspiró. —Gracias al cielo —ella rio abrazando a su amiga.
Se separaron y Jane habló.
—Por cierto, hay un chico muy guapo que te busca —guiño un ojo y se dirigió a la salida.
Dakota se preguntaba quién podía ser ese chico misterioso, mientras que Chris se preguntaba qué le diría cuando por fin se vieran.
