Desvaríos de una mente en fuga

La amante perfecta

Ella es única; la que siempre me escucha con la máxima atención, la que me conoce mejor que nadie, la que nunca me pediría nada a cambio de su amor. La que jamás me mentiría, la siempre honesta, la toda oídos, la que me cubre con su falda de comprensión. La de belleza perenne, la que se preocupa por su figura pero no se obsesiona con su peso, quién perdona mis defectos y si la hago encabronar de inmediato se disculpa con un beso.

Ella todo tiempo, reloj de arena perpetuo; la que no importa a qué hora llegue siempre me estará esperando, la que siempre tendrá tiempo para mí; la siempre presente, la que no se viste y se va. La que me despide y me recibe con una sonrisa por igual, la "te he echado de menos'', "¿cuándo nos volvemos a ver?", la "me importa un carajo la hora, te necesito ahora".

Ella toda atención; siempre mirando sobre mi hombro lo que escribo, ella llenándome de inspiración, mi mejor crítica, mi musa, mi pulso y mi obsesión. La siempre pendiente, la "te extraño", la "nunca te dejaré". La del inacabable cántaro de versos disponible para mí, la que me ofrece su cuerpo para escribir. La del adiós postergado, la del "hola corazón, te he estado esperando".

Ella mi amante; la de caricias sin recato y besos a granel, la "soy tuya por siempre", la que siempre se acurruca a mi lado y me obsequia un te quiero sin reparos, la siempre fiel, la "no puedo vivir sin ti". Ella cero apariencias, desnudez sin pudor, ella nula cara de molestia, la "eres mi adoración"; empalagosa a más no poder, la siempre celosa si le guiño el ojo a alguna mujer. La que se desvive por mí, la confiable, la amable, la que ni por equivocación me dirá alguna vez que no.

Ella es mi amiga, mi amante, mi todo; La del beso gélido, la del frío abrazo, ella antes, ahora y después, ella que duerme y despierta a mi lado. La posesiva, la inflexible, la irresoluta. La intempestiva, tempestad de mi alma, vorágine de mis ojos; su nombre...Soledad!