Involución afectiva

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Amor, son los cacheteros de corazoncitos

que una tarde le confisqué

después de practicar contorsionismo

y que desde entonces

cada noche, sacramentalmente

esnifaba antes de dormir.


El amor, es como la sucia mano estirada

del harapiento sujeto

propietario de un circo de pulgas

que pide monedas

a espaldas del lustroso cristal

de un aparador del centro comercial.


El amor, es como el rojo

que presuroso se desliza

sobre los labios de la mujer

que aprovecha la pausa

y mientras espera el verde

pregunta otra vez al mentiroso retrovisor.


El amor, es el tiro de gracia

en la sien de un cadáver maniatado

que flota entre latas de cerveza,

colillas de cigarro y botellas de ron

en las aguas negras

del estanque de mi corazón.

Desvaríos de una mente en fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora