Réquiem para los resortes descompuestos de mi memoria

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Siempre estuviste ahí

recibiendo con los brazos abiertos

mi cansancio

mi sueño

cada deseo

toda borrachera.


Tu oído, siempre dispuesto

nunca se cerró

a mis penas

mis alegrías

cada confesión

toda loca idea.


A ti que soportaste

sobre tus espaldas

con apenas una queja

cientos de piruetas

infinidad de contorsiones

incontables malabares.


Te doy las gracias, pero es mejor decir adiós

a ti, que te llevas en el alma

infinidad de besos

miles de caricias

chingo de pasión desbordada,

hoy debo decirte adiós

pues tu memoria daña la mía

¡adiós, mi querido colchón!

Desvaríos de una mente en fugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora