Miguel; El chico nuevo ↬ Rubelangel (Pronto corregida y culminada)

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Okey, el día viernes por fin llegó para Miguel, este de los dos era el más emocionado, en primera; el último día de clases, en segunda; iría a la convención de video juegos por la tarde con sus nuevos amigos. ¿Qué mejor que eso?.

Por otro lado Rubén, se maldecía mentalmente, era viernes, podría salir con sus amigos, o inclusive conversar con su linda novia por Skype. Pero no, él tendría que ser el chofer de un estúpido niñato.

Con pasos firmes se acercó a Miguel, depósito la última hoja de su libreta abierta y una lapicera.

-Copia tu dirección antes de que me arrepienta.-Gruñó. Miguel sonrió con picardía y maldad anotando letra por letra.-Espero estés listo antes de las cinco.-Tomó la libreta acercándose ferozmente a la cara de Miguel.-Ni una hora más ni una menos.-

-Perfecto.-Alzó una ceja el moreno impidiendo soltar una carcajada, realmente era divertido ver la cara de enojo del castaño.

Sin más Rubén se alejó del grupillo, Miguel sonrió triunfante al igual que Lana y Guillermo, el cual su apodo nuevo era Willy.

-Ya escucharon, ni un minuto más ni uno menos.-Fingió la voz ronca de Rubén con su boca hecha un pequeña trompita y su ceño fruncido. Haciendo reír a sus dos amigos.

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El día viernes...

Miguel, Lana y Willy esperaban afuera de la casa del moreno, este permanecía con sus brazos cruzados observando una camioneta marca Ford cerrada, el moreno supuso que era esta, aunque no podía evitar sentirse pasmado por gran vehículo.

El auto se estacionó a escaso centímetros de Miguel y el vidrio fue bajado viendo a un Rubén con lentes oscuros, realmente todo un chico malo.

-Me dijiste tú chofer ¿Qué hacen ellos aquí?.-Quitó sus gafas observando a los dos vecinos.

-Al ser mi chofer debes llevar a mis amigos.-

-Umm, creo que no.-

-¿Entonces no me llevaras?.-Dijo anonadado.

-Que inteligente.-Prosiguió a arrancar marchándose.

Miguel observaba el auto a lo lejos, este no podría irse, tenían un trato. Respiró lo más hondo posible y sonrió al ver la camioneta de reversa.

-Era broma.-Dijo un Rubén refunfuñando.

-Más te vale.-

Los chicos subieron al gran vehículo, ignorando la mala cara de Rubén durante todo el viaje.

-Llegamos.-Los tres bajaron cerrando la puerta tras ellos.-¿Seguro que no quieres venir?.-Preguntó Miguel cortésmente.

-No. Paso por ti a las sietes.-Sin más arrancó, dejando a Miguel con la palabra en la boca.

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