En la arena XVIII

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Comenzamos a cenar y al acabar, de fondo sonaba la balada mas romántica y empalagosa que haya escuchado nunca, me levante y le extendi mi brazo - ¿me concede este baile? - asintió y se levanto sonriendo, bailamos hasta que la canción termino.

Se reía - Eres un pésimo bailarín! - y se mofaba de mi falta de gracia al moverme.

Yo me hice el desentendido - ¿que dices?, si eres tu la que me has pisado! - y me acerque a ella, cada vez mas.

- solo porque has equivocado el paso. - y entonces ya no quedaba espacio que nos separara.

La tome de la cintura y ella se sujeto a mi cuello y no perdido tiempo para llegar a mis labios, yo iba redescubriendo su piel prenda a prenda, mientras ella me liberaba de las mías, caímos entre las mantas y me encargue de no dejar un espacio de su cuerpo sin besar y recorrer con mis manos, la toque con todo el amor que en ese momento podía sentir, mi deseo iba de saberla complacida, en ver como se sujetaba a la arena y llegaba al climax, termine cayendo rendido a su lado y durmiendo cubiertos por un cielo lleno de estrellas y una luna testigo.

Nos levantamos temprano y logramos observar el amanecer en el horizonte, regresamos a casa antes de que la paya empezará a llenarse.

Ella estaba en el baño dándose una ducha y su teléfono empezó a sonar, decía «Marcus», así que le avise - Alis, alguien llama a tu teléfono... - no recibí respuesta de su parte, y el teléfono sonaba con insistencia así que conteste.

- Hola? hola?... - no recibí ninguna clase de contesta y después de un momento se corto la llamada.

Aquello me dejo una sensación muy rara, como una duda, una incomoda molestia, casi como celos, pero sin ningún fundamento, o eso pensaba.

Cuando salio del baño, lo primero que hice fue hablarle de la llamada y lo insistente que fue para luego no responder nada, Alisson no le dio gran importancia al asunto y me persuadió para olvidarlo, tan poco dijo gran cosa de ese tal Marcus.

El resto de la tarde bajamos a la playa y arreglamos todo para salir en la noche a la ciudad, ese fue un viaje largo y silencioso, yo no dejaba de pensar en lo que había pasado en la mañana y esa llamada, creo que ella lo había notado.

MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora