Abrí los ojos por el dolor que sentía, y comencé a recordar, genial, otra historia inventada, era la tercera vez que soñaba lo mismo en esta semana y no entendía porqué, mis sueños acaban ahí, en un "Me gustas".
Detesto que me pase eso; ¿Sólamente en sueños me atrevería a decirle eso?
¿O enfrentaré el miedo a un rechazo?Esas preguntas me hacía después de cada noche con ese sueño.
Ya pasaron dos meses desde que terminé otro año en la Universidad, y bastantes desde que vivo solo, estar y vivir solo es genial, estoy con mis amigos cada vez que quiera, tengo privacidad y espacio y sólo me preocupo por mí, es egoísta lo sé, pero no tengo en mis planes cuidar o pensar en alguien más hasta que acabe la Universidad, sólo falta un año y empezaría mi vida de adulto; muy rápido pasó el tiempo. Recuerdo cuando estaba en colegio y le pedía dinero a mi madre, o cuando mi padre me recogía.
Ahora gano el dinero que gasto y voy adonde quiera. Recuerdo cuando me decían -Mientras estés bajo este techo, harás lo que te digamos-
parecía eterno el tiempo que tenía que pasar para que eso acabe.Salí a recorrer las calles para distraerme y pensar en qué significaban mis repetitivos sueños. Aquella sensación de sentirla cerca era por ahora sólo un sueño.
Pensé que reír mucho no estaba mal así que llamé a Aaron, mi querido amigo Aaron, no confío mucho en él, pero es gracioso.
Pasamos una buena tarde jugando videojuegos y pateando latas pero la felicidad se cortó cuando la vi pasar por la calle.
Mis recuerdos, sueños y deseos me impulsaban a correr con ella, abrazarla y decirle lo que cada vez me imagino.
Aaron sabía qué pasaba, sólo un poco, me atraía esa chica y eso era todo, a él no le importa, y eso es bueno.
Seguí caminando y cambié de tema cuando Aaron se rió de mi cara de frustración.La noche no fue mala, estaba tan cansado que cerré los ojos y no pensé más.
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