24 De Marzo

15 0 0
                                    

Las noches se quedan dentro de uno, de preferencia las oscuras.
Las mañanas se borran con mayor facilidad.
Una tonada basta para que el impulso guardado dentro tuyo salga a luchar por el predominio de tu ser. Estámos al borde del colapso, la punta del lápiz frente a la hoja lista para marcarla y dejar su sello personal (que de manera no complicada se puede imitar).

Guarda eso, bastardo, ven y defiéndete como se debe. No huyas que es peor. Si huyes y no estás preparado acabarás peor, te lo advierto.

+Apresúrate, no llegaremos.
-No puedo, mi cuerpo no se mueve.
+Pero qué te pasa.
-Qué camino debo tomar.
+No hay tiempo para decidir.
-Entonces no decido.

Ven y acompáñame a esta hora, en este lugar. Ven ya, que estuve esperando mucho.
Sabes que no volveré, lo sabes y no demuestras preocupación, eso me inquieta, me consume lentamente. Esta sensación me oprime el pecho y la garganta, solo puedo soltar monosílabos.

Ahora veremos de qué estamos hechos.

La Típica HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora