Hija de la muerte. (En Pausa)

CAPÍTULO 17

ATTIA

Llamaron a la puerta de mi habitación.

-- Adelante.

-- Buenos días Muertecilla, ¿cómo te encuentras?

-- Bien, gracias.

Me fijé en que traía un plato de sopa y sonreí.

-- ¿Por qué no puedo levantarme? No me voy a morir por...

-- ¿Attia enserio quieres probar a andar y meterte un leñazo?-- me interrumpió.

Yo agaché la cabeza frustrada y negué.

-- Vamos tomate la sopa.

Obedecí y durante todo el rato en el que comía permanecimos en silencio.

-- Estoy aburrida --Me quejé entonces una vez hube acabado y él recogió todo.

-- Humm...

Se puso a rebuscar entre los cajones de mi mesilla de noche como si nada.

-- ¿Que haces? -- le pregunté incrédula.

-- Buscar algo interesante para entretenernos.

-- Pues dudo mucho que del sitio donde guardo mi ropa interior puedas sacar algo interesante para ayudarme a matar el tiempo. -- Repliqué.

Él hizo oídos sordos y siguió rebuscando. Sacó unas bragas con unos dibujos de ositos y corazoncitos y me las enseñó.

-- ¿Enserio? -- Dijo incrédulo aguantando la risa.

-- ¡No te burles de mi! ¡Tu eres el pervertido que está hurgando en mi ropa interior! -- exclamé lanzándole un cojín que esquivó por los pelos.

-- Vale vale, tranquila.

Siguió rebuscando hasta que su cara se iluminó.

-- ¡Aquí está! Sabia que lo esconderías en el único sitio en el que nadie se atrevería a mirar por no invadir tu intimidad.

Me mostró el IPhone de pantalla táctil que hasta me había olvidado que tenía. Lo había guardado allí en el fondo del cajón para precisamente olvidarme de él al igual que había hecho con el resto de cosas que pudieran tener relación con Él.

-- No pretenderás usarlo ¿verdad?-- inquirí.

-- Hombre, ¿que quieres que haga con él sino?-- dijo mientras presionaba el botón de encender.

Llevaría ya por lo menos un año entero inactivo.

-- Cargando cargando, sí que tarda este trasto.-- se quejó, pero al minuto vi como habría los ojos como platos. -- ¡Oh por Satán! ¡20345 mensajes! Creo que ahora sí que nos vamos a entretener un rato.

Se recostó en la cama al lado mía por encima de las sabanas y alzó el móvil de forma que ambos pudiéramos ver.

Entró en washap y me impresione de la de mensajes que me habían enviado.

Abrí el último.

Darwin te a añadido al grupo "Claselocura XD"

-- ¡Me cago en Darwin y su p*** madre!-- exclamé al ver la de mensajes que habían en ese grupo.

En total unos 1300. Y con razón había tantos, si lo habían creado a principios de curso.

Empezamos a leer y a descojonarnos en vivo por las burradas que ponían algunos compañeros.

Luego cogí el móvil y salí del grupo para ver el resto de mensajes. Tenía muchísimos del grupo del año pasado, del cual había salido toda la gente menos yo, 9 mensajes de Darwin de hacia meses, unos cuantos de un numero desconocido y 3 de... Dereck.