Capítulo XII

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El corazón de Lucy no podía latir más fuerte de lo que ya lo hacía. Natsu la observaba con detención, y en un movimiento bruzco la dejó bajo de él. Ella, un poco sorprendida, recordó su verdadero objetivo y tomándolo por las mejillas lo acercó a sí. El dragón la quedó observando; sus ojos se escontraron, sentían calor. La rubia, con lentitud e inseguridad, acercó el rostro de Natsu a ella más y más, hasta que su labios se tocaron y finalizaron con un beso inseguro, lento y peligroso. 

Lucy asustada se separó, y de un salto se levantó del suelo. Vio como Natsu aún seguía anonadado. De repente, su cuerpo emitió un singular brillo.

Lucy: ¿Habrá funcionado...? -cruza los dedos-

Del cuerpo de Natsu comenzaron a desaparecer las escamas lentamente, así como también sus garras ya volvían a ser manos. Cuando el brillo se fue por completo, un Natsu totalmente curado quedó dormido en el suelo. La rubia se arrodilló junto a él y le acarició el cabello, muy emocionada. El resto del gremio observaba la escena con alegría; luego de haber pasado un rato Gray y Gajeel tomaron a Natsu para llevarlo al gremio. Lucy distraída por el camino, iba de las últimas. Y antes de entrar al gremio algo se lo impidió y una voces se comenzaron a oír en su cabeza.

"¿Qué haces aquí? Tú traicionaste el gremio"

"Tú trajiste la desgracia a Magnolia, ¿piensas quedarte?"  

"Casi matas a Natsu"

"¿Cómo lo mirarás a los ojos?" "

Huye como siempre y escóndete en tu castillo" 

Sin poder dejar de oír aquello, se tapó los oídos y se agachó. Levy que se percató de aquello, se acercó a Lucy y le preguntó reiteradas veces qué le ocurría, pero no recibió ninguna respuesta. La rubia desesperada, hacía de todo para dejar de escuchar esas feas frases, pero nada era efectivo

Lucy: ¡Cállense, cállense!

Sin duda los complejos de Lucy salieron a la luz. Los demás se reunieron alrededor de ella sin saber que hacer, hasta que por impulso Wendy le aplicó un hechizo de sueño. 

Al día siguiente, el dragón slayer abrió los ojos. Miró el techo algo desconcertado, y al voltear la cabeza, vio a su lado algo maravilloso; unos largos cabellos rubios, provenientes de una linda carita dormida e inocente. Él se levantó y la quedó mirando

Natsu: ¿Tú me salvaste, cierto? -susurro-

El dragón slayer se tocó los labios, y sonrió. Sentía el sabor de Lucy en ellos, el sabor de los labios de su querida Lucy. La destapó y la tomó al modo princesa; llevándola a través del gremio hasta llegar a la puerta, y corriendo por toda Magnolia, llegó por fin a la mansión Heartfilia. Sentó a Lucy es un sillón grande, que seguía aún dormida.

Natsu: Lucy...

Ella despertó mirándolo un poco desconcertada, sintiendo cómo los labios de Natsu besaban su mano. 

Lucy: ¿Qué estamos haciendo aquí...?

Natsu: Traje a la princesa de vuelta a su castillo, ya que aquí ella puede ser feliz

El miró a Lucy con una sonrisa, pero sus ojos demostraban tristeza y eso dolió más que nada. Lucy suspiró, soltó una pequeña carcajada para la sorpresa del pelirosa, y haciéndole una caricia en el pelo a Natsu, dijo

Lucy: ¿En serio tú crees que sería feliz sin ti? Cada día aquí fue una tortura, no quiero volver aquí más. Respóndeme, ¿con quién compartiría este gran jardín? 

Natsu: Pero yo pensé que...

Lucy: Pensaste mal -ríe- Me cegué siguiendo el deseo de mis padres, pero ya veo que me equivoqué. Donde realmente debo estar siempre ha sido en Fairy Tail, el destino me lo ha demostrado una y otra vez... A pesar de que me gustaría

El pelirosa con los ojos ligeramente más abiertos, observaba. 

Natsu: Si tu quisieras... Yo podría vivir aquí también

Lucy: ¿Y qué? ¿Serías algo así como mi príncipe?

Natsu: No, no. Príncipe no, yo sería algo así como... Tu dragón -sonríe-

La rubia con emoción tomó a su "dragón" entre sus manos, se acercaron y cerrando sus ojos, terminaron con un cálido beso. No era necesario decir nada, ya todo estaba claro. Estaban hechos el uno para el otro. La princesa y su dragón, ahora, juntos para toda la vida en su castillo.



No hay princesa sin dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora