43. Pesadillas

2.2K 141 12
                                    

Mamá se encontraba tirada, una gran sabana azul cubriendo su cuerpo, bandas amarillas alrededor de ella, el arma estaba posada aún en su mano, su piel estaba tan blanca como la nieve, fría como hielo a pesar del calor que había en la habitación.

Enterré mis uñas en el cuerpo de papá para evitar que me llevaran lejos, me sentía débil, pero aún tenía energías para poder quedarme junto a ellos.

Mi cuerpo en perfecta condiciones la miraba sin saber que hacer, no había lágrimas, no había heridas, solo la gran habitación con sangre.

Una mano se posó en mi hombro —. Eres libre –volteé a quien me sostenía, mamá estaba sonriendo, la abracé fuertemente, me correspondió dándome una leves palmadas en mi cabeza.

–Lo siento –sollocé.

–Al fin eres libre —se separó.

Se alejaba cada vez más junto a papá, no me movía pero aunque quisiera no podía, estaba pegada en mi lugar y la escena pasó a ser una totalmente macabra.

Ambos tenían huecos en sus frentes, ambos estaban cubiertos de sangre oscura, ambos habían quedado con los ojos abiertos y la mirada vacía, pálidos y labios morados.

Ahogué un grito, mis manos estaban totalmente bañadas en sangre, estaba hincada ante los dos y no podía hacer nada, grité con lágrimas corriendo tan rápido que las gotas saladas caían a mis manos combinándose con dicho líquido rojo carmín.

–______ —volteé a ver a la doctora, sonreía levemente, cruzada de piernas arrugando un poco su pantalón de vestir negro, recargando sobre su rodilla una libreta.

–Carpenter —corregí.

–¿Otra vez tuviste ese sueño? —me sobresalte al escuchar dos disparos producto de mi imaginación —. Los tuviste —confirmó.

–Se dio un tiro frente a mis ojos —confesé.

–Lo sé, poco a poco podrás ir decirme más a fondo todo lo que necesites sacar —la miré fijamente.

–Ha pasado tan solo dos meses, ¿sabía eso? —asintió levemente —. Yo, aterricé en el hospital, fractura de costillas, tobillo, deformaciones en tanto mis manos como mi rostro —le enseñé mis manos, específicamente mis dedos que se habían enchuecado un poco —. Tengo ataques de pánico, veo cosas que no son de verdad y a veces tengo ataques de epilepsia —sonreí de lado —. Estoy tan jodida, pero me dijeron que venir aquí con usted es un avance ¿no?

–Hablemos de Benjamin, ¿si?

–El tipo me quería casar a la fuerza, después de tantas palizas y ahorcarme, me hizo vestirme de novia y me iba a casar a punta de pistola, ¿puede creerlo? Que tipo de amor piensa que es —me sentí asfixiada al recordar el fino cable que había posado en mi.

–¿Como te sientes respecto a eso?

–¿Como me siento? No lo sé, aún es raro de procesarlo, Benjamín escapó, mis padres biológicos que no había visto por casi diez años están muertos, me volví loca y creí que moriría en terapia intensiva y todo esto lo tomo a manera de broma, querían matarme y todo lo que hicieron fue pasearme como trofeo —sonreí.

–¿Que esperabas que hicieran?

–¿Mis padres? La verdad solo ansiaba el día en que me apuntaran y sin dudarlo, ¿pero sabe que? Son unos cobardes, no sabia que planeaban, no sabía las verdaderas intenciones y todo lo que hicieron fue hacer perder mi tiempo.

–¿Trataste de hacerlo?

–¿Dispararme? Claro que si, alguien tenía que hacer el trabajo sucio ¿no? —quedé en silencio cuando comenzó a anotar en su libreta y volvió a mirarme fijamente —. Doctora, es solo la verdad, todo este embrollo de la policía e investigaciones fueron para dar con ellos y jamás encontré mucho de ellos, al contrario, ellos siempre supieron dónde estaba pero les gustaba jugar con mi mente, lo mejor era desaparecer para dejar de causar problemas —ambas quedamos en total silencio y una mirada triste fue lo único que pude captar.

•Amor Expirado || (STA#2) || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora